En días recientes, en la feria del libro de Coahuila, el autollamado líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas, declaró muy efusivo que el SNTE, a través de su persona, tiene en mente tres iniciativas de ley que, según él, van a servir para fortalecer al sindicato.

Me voy a permitir hablar un poco de dos de estas tres propuestas mencionadas por el senador morenista, hechas allá en su tierra y que, a mi juicio, solo servirán para fortalecer el imperio de este dirigente más no los derechos de los trabajadores.

El senador menciona, muy animado, que ya tiene lista su propuesta para incidir en la sustitución de lo que hoy es la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y  Maestros). Todo a partir de que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, declaró que la USICAMM va a desaparecer.

En el sentido de modificar la USICAMM, incluso, que desaparezca, estoy de acuerdo. Es urgente que se revise este organismo por la opacidad y por lo lesivo que ha sido su actuar en contra de los derechos de los trabajadores. También, es preciso mencionarlo, existe la sospecha de que ciertos personajes de la vida política y sindical le siguen metiendo mano a esta unidad para favorecer a sus allegados. Y es que esta unidad controla el ingreso de los docentes a la SEP, maneja los ascensos o también llamados promociones verticales, dirige el sistema de estímulos de los trabajadores en activo o promociones horizontales, y verifica o aprueba los cambios de adscripción de docentes. Esta oficina lo ha venido haciendo desde el año 2019, fecha de su creación. Su actuar se centra en educación básica y media superior.

Desconozco en qué sentido estarán escritas sus propuestas o iniciativas de ley del senador Cepeda. Pero es muy posible que este personaje esté pensando en proponer que la cuota de plazas (50%) se le devuelva al sindicato, tal y como lo tenían antes del 2013. De igual forma estará pensando en recuperar el manejo de los cambios de adscripción, restituir las comisiones de escalafón para poder meterle mano a las promociones verticales; y apoderarse nuevamente de las promociones horizontales.

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Ante este panorama, desconozco cual vaya a ser el rumbo que tome el nuevo gobierno federal en el tema de la USICAMM ante su probable desaparición de esta unidad.

Espero que los legisladores y luego los funcionarios federales no vayan a cometer el error de devolverle al sindicato el manejo de plazas docentes de nueva creación o devolverle el escalafón. Vamos, que no se le vaya ocurrir al nuevo gobierno devolverle al sindicato alguna de las 4 áreas que actualmente controla la USICAMM.

Antes de la USICAMM o del servicio profesional docente, por ejemplo, el escalafón era un formato lleno de corrupción dentro de los sindicatos. Mediante esta figura, se cocinaban ascensos de personajes ligados a los sindicatos. La mayoría de estos promovidos, a través del sindicato, no tenían la pericia ni los conocimientos necesarios para desempeñar un puesto directivo, pero gracias a los favores sindicales, alcanzaban un ascenso con el consiguiente daño al servicio educativo.  Ni se diga sobre los sistemas de estímulos pues, en estos programas, sucedió exactamente lo mismo. En el caso de Puebla, por ejemplo, en tiempos de carrera magisterial, se documentó ampliamente que, a cambio de enormes sumas de dinero, dirigentes sindicales promovieron a trabajadores que no aprobaron el proceso. Tan grande fue la corrupción que, tiempo después y ante una auditoria, cientos de trabajadores fueron retirados del programa pero todo quedo ahí. Nunca se sancionó a los dirigentes responsables. No tengo duda de que ese pastel apetitoso es el que está en la mente del dirigente Cepeda cuando menciona que presentará sus iniciativas.

También dice Cepeda que buscará enviar otra iniciativa que fortalezca la autonomía sindical. ¿Qué otros negocios estarán pasando por la mente de este dirigente cuando habla de fortalecer la llamada autonomía sindical? Nuevamente no tengo duda que, con esta otra iniciativa, también el dirigente busca fortalecer sus negocios. Veamos: el SNTE, desde que nació, es un sindicato corporativo. Es un sindicato controlado por grupos que han tenido dos funciones concretas: Controlar a los trabajadores y ponerse al servicio del gobierno en turno, sobre todo, para la movilización tanto electoral como para fortalecer concentraciones de la vida política. Verbigracia, los informes de gobierno. Y en esta era de la 4T, estas dos vertientes no han desaparecido. Tan no han desaparecido que por eso el dirigente es senador sin haber ido a las urnas.

Por eso afirmo que, es muy posible que el dirigente esté pensado en la autonomía como un recurso para que ninguna autoridad se entrometa en sus negocios del sindicato, ni mucho menos se cuestione el actuar de los dirigentes enquistados en la organización, incluido el mismo Cepeda. Lo que el senador busca es que la autonomía le sirva a él y a los suyos para permanecer impunes el mayor tiempo posible en el manejo de los cuantiosos recursos del sindicato. Además, la autonomía, en caso de afianzarla el senador, va permitir que los grupos, similares a auténticas mafias, quienes han dirigido a las secciones estatales, lo sigan haciendo sin rendir cuentas a nadie.  Imaginen nada más lo siguiente. En los estados existen personajes que ya tienen más de 35 años dentro de las dirigencias seccionales y únicamente han ido brincando de una posición a otra. No existe ningún medio legal para sacar a estas personas de ahí. Sin duda, eso es lo que Cepeda busca cuando habla de la autonomía sindical, es decir, absoluta impunidad para que sus cuadros sigan controlando las secciones estatales en contra de los deseos de los trabajadores.

La sociedad debe de saber que la mayoría de los dirigentes estatales y los del comité nacional, están donde están porque no existen mecanismos legales que los obliguen a respetar la voluntad soberana de los agremiados.  Las reformas en materia sindical del 2019, afianzaron aún más a estos grupos en lugar de obligarlos a ser transparentes e, incluso, se hizo todavía más imposible sacarlos del poder.

La figura del voto secreto, directo y universal, incorporada a la reforma legal del 2019, se pudrió cuando a los mismos dirigentes se les permitió organizar ellos mismos sus propias elecciones, se les permitió apoyar con dinero del sindicato a sus favoritos; se les permitió ser juez y parte, pues ellos contaban los votos y declaraban ganador al que querían que ganara; es decir, se les permitió que afianzaran tramposamente el control de los procesos electorales.

En la actualidad existe cero transparencia en el manejo de los recursos del sindicato y los informes de rendición de cuentas se los hacen entre ellos mismos. Es como si Alí Babá rindiera su informe financiero ante sus súbditos. Siguen haciendo negocios inmorales con las cajas de ahorro que existen en cada sección sindical y a los socios no les rinden cuentas de nada. Para fortalecer estos mecanismos de control, es que el dirigente quiere la autonomía.

Como vemos, las preocupaciones del dirigente no son honestas ni están pensadas en favorecer a sus agremiados. Están pensadas en aprovechar la coyuntura y recuperar sus jugosos negocios de antes y, además, asegurarse que los mismos grupos de siempre sigan teniendo el control del sindicato, todo ante la complacencia de las autoridades.

Mtro. Juan Durán Martínez. Docente de escuela pública. Puebla, Pue.

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