Es difícil leer en La Jornada a Julio Boltvinik. Por su profundidad teórica… y porque escribe con exceso de siglas:
- “Rechazo al modo CPL de producción”.
- “Sociedad SCL”.
- “Si solo se propone alcanzar el estado de abundancia del T, entonces el SCL no es posible”.
- “Rechazan, por tanto, el programa del SCL basado en la abundancia”.
- “La TEM”.
- “El contraste entre CPL y SCL es categórico”.
- “Mx tácitamente supone el logro del estado de abundancia. Si hubiera medios suficientes para satisfacer todas las N”.
- “Al analizar las N sociales y la distribución del TTr total entre ramas de la Pr, así como el consumo individual, Mx describe”.
- “Escribe Mx: ‘debe usarse menos Tr en producir la maquinaria que el Tr desplazado por el uso de la maquinaria’…”.
- “GM, JK y GB apuntan que Mx…”.
- “Mx sostenía que el SCL sería aún más dinámico que el CPL..., lo que enriquecería dinámicamente las N”.
- Citan a Mx: ‘La Pr no sólo provee el material para las N, también provee las N para el material”.
- “La AP“.
- “Las NS".
- "VU”.
¿Por qué usa tantas enes don Julio Boltvinik? Habla de:
- “N intelectuales”.
- “N culturales”
- “N de información”.
- “N de los bienes producidos”.
- “N humanas
- “N" a secas.
- “N sociales”
- “Contabilidad colectiva de N”.
- “N de un obrero”.
- “El individuo decide qué N prefiere satisfacer y la sociedad decide las N de quienes prefiere satisfacer, lo cual influye en la distribución cualitativa de N”.
Aunque podría imaginar el significado de N en tales textos, me abstendré de hacerlo dada la elevada probabilidad de equivocarme. Como no iniciado en la sociedad secreta del neomarxismo, muchos de sus códigos me resultan incomprensibles.
A pesar de las dificultades para entender a Boltvinik, encontré dos artículos suyos que, en sus partes inteligibles, son brillantes.
En su texto “Economía moral” del 22 de marzo de 2024 el señor Boltvinik menciona el informe “La abolición de la pobreza infantil y el derecho a la seguridad social. Un modelo para la ONU” de Peter Townsend, “el más importante investigador sobre la pobreza de todos los tiempos”.
Boltvinik apunta que el gran logro “del gobierno de Claudia Sheinbaum en la CDMX en política social fue el programa Mi Beca para Empezar, que transfiere dinero a los hogares por cada menor que asiste a la educación pública preescolar, primaria y secundaria”. Sheinbaum, recuerda el articulista, “ha dicho que en su presidencia extenderá este programa a nivel nacional”.
Enseguida sintetizo lo que Boltvinik cita de Townsend:
- “Cinco de los ocho Objetivos del Milenio para el Desarrollo están dirigidos a los niños: 1°, erradicar el hambre y la pobreza extrema; 2°, reducir radicalmente los índices de mortalidad; 3°, revertir el contagio de VIH/sida, malaria y otras enfermedades; 4° y 5°, garantizar acceso pleno a la escuela con equidad de género”.
- Pero “las políticas diseñadas durante varias décadas para proteger el bienestar infantil han fracasado”.
- “Los crecientes y escalofriantes informes de hambre, exposición al conflicto y abuso, pobreza extrema y muerte prematura aún experimentados por muchos millones de infantes en todo el mundo deben llamar la atención pública”.
- “Encontrar nuevas políticas y acordarlas para remplazar las que han fracasado es la mayor prioridad”.
La política social, entonces, dice Boltvinik, debe centrarse en los y las menores, ya que “tienen mayor riesgo de vivir en pobreza que los adultos y no tienen oportunidad de contribuir a su propia seguridad social”.
El colaborador de La Jornada apoya una propuesta de Townsend: “Financiar la abolición de la pobreza con un impuesto a las transacciones de cambio de divisas”. Y sí, Sheinbaum “podría aplicar un impuesto similar para financiar el conjunto de apoyos a la niñez”.
En otro artículo, también de marzo de 2024, Julio Boltvinik presenta estadísticas para probar que los y las menores de edad pobres son el triple que las personas pobres de 60 años y más, pero… “el gobierno de AMLO no les dio prioridad”.
Según Boltvinik —y parece tener razón— en el gobierno del expresidente López Obrador solo hubo dos programas de transferencias monetarias dirigidos a los y las menores de hasta 15 años: “Las antiguas becas del Prospera (ahora Becas Bienestar Educación Básica) e hijos de madres trabajadoras (de bajísima cobertura)”. El analista de La Jornada sostiene que la cobertura de ambos programas fue de sólo 2.4 por ciento de la población total, a pesar de que la población de 0 a 15 años representa 28.9 por ciento de la sociedad.
En cambio, dice Boltvinik, las pensiones no contributivas (Bienestar para Personas Adultas Mayores) cubren a 7.3 por ciento de la población total, más del triple de los y las menores con esa cobertura.
Destaca Boltvinik que la presidenta Sheinbaum se ha comprometido a incrementar la cobertura del programa Mi Beca para Empezar. El gasto sería muy grande. Para que resultara fiscalmente viable exigiría “una reforma fiscal gradual” que permitiera, a partir del cuarto año del sexenio, “aumentar la beca mensual y añadir a los menores de cero a dos años”.
Para Julio Boltvinik el lema del segundo piso de la 4T debería ser abolir la pobreza infantil. Lema o no lema, hay condiciones para que ese sea el legado principal de Sheinbaum.
El primer piso de la 4T se preocupó por las y los menores pobres, y si bien hubo avances, no resultó del todo eficaz su esfuerzo para erradicar la pobreza infantil.
Andrés Manuel lo intentó pero no pudo. Ocurrió el pasado sexenio lo narrado por Goethe en el triste poema Erlkönig (El Rey de los Elfos) que, muy joven, Franz Schubert convirtió en un lied.
En el poema un padre intenta proteger a su hijo del Rey de los Elfos, siempre presagio de muerte. Al final no lo logra:
Atemorizado el padre clava las espuelas a su caballo,
aprieta contra su pecho al lloroso niño,
por fin llega al portal de su casona.
Mira, y en sus brazos el niño está muerto.
No es vida la de los niños y las niñas pobres —es, en el mejor de los casos, muerte en vida no tener acceso a la salud ni a la educación; tampoco al juego infantil—.
Claudia Sheinbaum, con ajustes a la política social, reorientando el gasto destinado a obras de infraestructura en las que ya no tiene sentido invertir y, desde luego, con un impuesto especial que deberá pagar la gente de mayores ingresos, podrá llevar a la ruta de un futuro con esperanza a los y las menores que hoy sufren en el peor infierno, el de la pobreza.
Dejo el poema de Goethe y el lied de Schubert:
¿Quién cabalga tan tarde a través del viento y la noche?
Un padre con su hijo,
lo lleva seguro y caliente,
al resguardo de su regazo fiel.
- Hijo mío ¿por qué escondes tu asustado rostro?
- ¿Es el rey de los elfos, oh padre, tú no lo ves?
- ¿El rey de los elfos con su corona y manto?
¡Son alucinaciones hijo, que la niebla te hace ver!
¡Oh lindo niño, anda, ven conmigo!
Verás que juegos alegres te enseñaré.
¡Y qué flores tan extrañas florecen en mi orilla,
con las que mi madre hace dorados ramilletes!
- Padre mío, padre mío, ¿no oyes tú las promesas
con las que el rey de los elfos pretende atraerme?
- No hagas caso, hijo mío es la fronda seca del árido
bosque, agitada por el cierzo.
- Lindo niño, ¿no quieres venir a mi palacio?
Te aguardan mis hermosas hijas en la entrada.
Cada una, en la noche, arrullará tu sueño.
y sabrán entretejer sus danzas y cantos.
- Padre mío, padre mío, ¿no ves allá en la sombra,
resplandecer las bellas hijas del monarca?
- Hijo mío, no hagas caso, es la difusa espesura,
lo veo bien y no hay nada más.
- Niño hermoso, amo tu belleza divina;
si no vienes por las buenas, emplearé la fuerza.
- Padre mío, padre mío, ¡mira cómo me aferra!
me lastiman sus manos. ¡Defiéndeme padre!
Atemorizado el padre clava las espuelas a su caballo,
aprieta contra su pecho al lloroso niño,
por fin llega al portal de su casona.
Mira, y en sus brazos el niño está muerto.