El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos y la agresiva forma de negociar hace que ciertas o no, sus amenazas sean creíbles, aunque nada convenientes para ambos países., Trump, en su estilo de presionar, lamentablemente, puede sacar ciertas ventajas que perjudicarán en mayor medida a México y al gobierno de Sheinbaum.
Migración y seguridad
El tema en el que Trump basó su campaña es muy delicado para ambos países. JD Vance, el compañero de fórmula de Trump para la vicepresidencia, dijo en entrevista para la cadena ABC que la deportación masiva de migrantes podría comenzar con un millón de personas indocumentadas
En seguridad, Trump tiene en la mira no solo a los cárteles de la droga y sus principales capos, sino a funcionarios de la 4T y a familiares y allegados del ex presidente de México por sus presuntos vínculos con el crimen organizado.
En comercio exterior está rompiendo el T-MEC sin medir consecuencias de ambos lados.
Trump ha manifestado que habrá cero tolerancia al tráfico de drogas y que en caso necesario, Estados Unidos no dudará en intervenir en el combate contra los cárteles. Es otras palabras, ha declarado la guerra en contra del Cartel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y todas las derivaciones de estos grupos que operan a sus anchas por todo el territorio nacional.
Faltan acuerdos claros
La respuesta de México no ha sido la más acertada o quizá falta que sea mejor explicada, pero parece que no se ha logrado establecer un punto de negociación. Sabemos que el estilo de Trump es agresivo y que de la forma en que se planteen las respuestas dependen los acuerdos.
Por ahora, México ha respondido de forma poco ortodoxa y hasta poco creíble: aranceles contra aranceles, al intentar acciones espejo, posiblemente llevemos las de perder, y más en temas donde ellos están mucho más fuertes.
Solo queda esperar a ver qué logran las respuestas del gobierno de México, ya sea bajar la presión y entablar una negociación formal y adecuada, donde el T-MEC quede como la base del comercio entre ambas naciones y lo que se sacrifique sea donde verdaderamente México está muy mal, la seguridad y caigan capos o personajes renombrados de la 4T.
Habrá que esperar a ver quién será el sacrificado.
En lo interno las batallas Sheinbaum son terribles, Morena se comporta como una mafia, con células de senadores, diputados, gobernadores, todos contra todos y cada grupo con su propia agenda, que no corresponde a los planes de gobierno.
Por un lado, están tres jefes totalmente contrarios a la presidenta: Adán Augusto López acusado por su sucesor en el gobierno de Tabasco por sus vínculos con el crimen organizado, quien se encargó de quitar una piedra en el zapato colocando a una piedra (en todos los sentidos) en la CNDH, una mujer que no cumple siquiera con los requisitos para ocupar el cargo y que no paso el examen correspondiente, pero que sirve de tapadera de Adán Augusto y cómplices, tema que, por cierto, complica la agenda con EEUU en materia de derechos humanos e impunidad
El otro mafioso, Ricardo Monreal, el encargado de la reforma al poder judicial y de la desaparición de los organismos autónomos -otra situación que complica cualquier tipo de negociación del T-MEC, ha mantenido un discurso más bien confrontado con el de la presidenta. Sobre Monreal pesan algunas investigaciones de agencias estadounidenses por su relación con el crimen organizado, en fin, este pájaro de cuentas promueve una agenda de impunidad, control del poder y sometimiento al ejecutivo.
El tercero, es Gerardo Fernández Noroña, quien ya se ha confrontado con Claudia Sheinbaum generando algunas tensiones, y que fiel a su origen y costumbres, actúa como un porro rompedor de acuerdos, agresivo y beligerante.
Al final, el cambio de poder no resultó tan terso como algunos supondrían y las batallas de la presidenta son muchas y muy fuertes. Dependerá de quién salga ganador al interior, que pueda enfrentar la problemática externa con mayor fuerza, antes de que Trump y su gobierno nos sometan.
X: @diaz_manuel