En medio de la lluvia de noticias por Covid-19, recibo una que hasta parece refrescante (porque cambia de tema) de don Federico Arreola: “AMLOVEmetrics: 60.4% a favor de que López Obrador siga en la Presidencia”. Así se titula la nota de SDPNoticias.

Al analizarla noto un sesgo en la interpretación pero, al ir más allá, reparo en un dato: 39.6% considera que López Obrador no debería seguir en el cargo. Se trata de un porcentaje similar a los votos en contra que obtuvo en la elección presidencial, cuando poco más del 40% NO votó por él.

Se habla siempre de los 30 millones que sí lo hicieron pero no de los casi 25 millones que expresaron que no lo quieren.

Hay encuestas midiendo a los presuntos “arrepentidos” de votar por él pero como también me parecen sesgadas no las citaré. Lo que a este artículo concierne es exponer que el descontento que había con AMLO el día de su elección es, por lo menos, el mismo ahora. Esos 24.8 millones son los mismos que se expresan en redes sociales. No es que la polarización haya nacido de un día para otro. Nació el mismo día o desde antes de que se votó al actual presidente.

La señora Beatriz -quien ya se había retirado por decisión propia de la vida tuitera pero regresó por la pandemia- se la pasa pidiendo a Twitter que haga algo con bots y troles, pero aunque estos existen -y hay del lado de Morena también- lo cierto es que también hay gente que se expresa con toda naturalidad contra el actual mandatario federal. Y ese es su derecho.

Una vez una ex colaboradora de AMLO me dijo -en alusión a un meme- que estos se hacían a diario con EPN pero ahora difundir uno contra el presidente parece que atentas contra el país.

Lo cierto es que esa masa, de alrededor de 40%, no ha bajado ni ha servido de nada la “tregua” que pidió AMLO por un mes a los “conservadores” para dejar de atacarlo en esta pandemia. Si bien no estoy de acuerdo con el modo en que lo difundió, es un derecho de Eugenio Derbez, y de cualquiera, decir lo que quiera. Como diría Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es La Paz. Eso no quiere decir que yo, como usuario de Twitter, le voy a hacer el juego, comentándolo o difundiéndolo. Ya nos dirán, mejor, los médicos y enfermeras de Baja California qué está pasando por allá.

La “tregua” tampoco ha servido porque el propio AMLO alimenta a esta masa en su contra todos los días. Un día sí y otro también lanza diatribas, azuza, con la etiqueta de que quien lo ataca es conservador.

Más conservador fue él cuando no apoyó los matrimonios del mismo sexo en su momento. Tuvo que ser su sucesor, Ebrard, quien lo hiciera, pero ese no es el tema.

Además, AMLO no debería perder el tiempo jugando a ser el mago de la comunicación que conocemos, en momentos como este. ¿Por qué estamos hablando de revocación de mandato cuando lo importante es cuándo van a llegar más ventiladores?

Señor presidente: deje la campaña atrás, compórtese como jefe de Estado, porque así lo necesitamos. Y si quiere ver en un futuro a Morena gobernando todavía, pues compórtese mejor.

Fue un gran acierto dejar el tema de la pandemia en manos de expertos. Pero eso no significa que usted, presidente, no aprenda a cuidar la figura presidencial -la misma que dijo cuidaba y por lo que no recibió a Sicilia- en momentos en los que están muriendo muchos mexicanos por un nuevo virus insospechado.

No vaya después a querer gobernar, señor presidente, y ya no haya país que lo escuche. Ahorita son 40% que no lo quiere pero puede ser aún más. Pregunte a sus antecesores.