A pesar de una aplastante victoria que vio al candidato del Movimiento por el Socialismo Lucho Arce como vencedor desde las elecciones del pasado domingo, la derecha golpista, que ya impugnó el reclamo de Evo Morales el año pasado, vuelve a la oficina impugnando el resultado electoral y amenazando la periodista mexicana de Sin Censura TV, Alina Duarte por su cobertura desde nuestra hermana Bolivia.
La situación sigue siendo preocupante y las provocaciones por parte de la junta golpista aún en el poder, parecen aumentar cada día qué pasa, incluso a la luz de un detalle que no debe pasarse por alto, Washington hasta el momento no se ha pronunciado sobre las elecciones en Bolivia, lo que podría sugerir que Luis Fernando Camacho y sus simpatizantes, que solo consiguieron el 14,7% en esta elección, están de alguna manera patrocinados en sus protestas por el Departamento de Estado de EE. UU.
Entre otras cosas, Arce ha anunciado que a medida que asuma sus funciones restablecerá las relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela.
Lo cierto es que el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, Salvador Romero, instó ayer a todos los actores políticos a respetar los resultados de las elecciones, tras la movilización de algunos grupos neofascistas que protestaron por el resultado de la votación.
En rueda de prensa, Romero pidió a todos los actores políticos, sociales y regionales que respeten "los resultados de las elecciones de 2020", luego de que el pasado martes 20 de octubre se registraron manifestaciones en los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, feudos de la extrema derecha neofascista de la Unión Juvenil cruceñista, que indago en mi artículo “Bolivia - Croacia - Italia: Las redes del terrorismo neofascista siguen operando” para SDP Noticias del pasado 17 de octubre.
"El día de las elecciones fue limpio, el conteo es transparente", reiteró Romero.
“Por eso, invitamos a toda la ciudadanía, a todos los actores políticos, sociales y regionales, a esperar con tranquilidad el cierre del conteo, que se lleva a cabo con la máxima transparencia”, dijo el portavoz del TSE.
Hace dos días, decenas de fascistas se manifestaron en la ciudad de Cochabamba (y en el departamento homónimo) para protestar contra los resultados electorales. Con banderas bolivianas, los manifestantes protestaron cerca del centro de informática del Tribunal Departamental Electoral (TED) para exigir una nueva ejecución de las elecciones. Hoy las autoridades del gobierno golpista boliviano atacan a redes unificadas la libertad de prensa, abriendo la cazas a las brujas contra periodistas independientes, observadores internacionales, que en los pasados días de elecciones han mostrando al mundo entero la verdadera cara del golpismo en Bolivia, con la militarización de las calles y las urnas, y en contra la movilización pacífica, democrática y constitucional del pueblo boliviano que a través de las urnas derrotó el golpismo.
Resultados verificables y pretextos de oposición
Con el 81,76% de los actos contabilizados por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), el Movimiento al Socialismo (MAS) ocupa el primer lugar, con el 53,58% del total de votos; Le sigue Comunidad Ciudadana, con un 29,59%.
Al hablar de este recuento, Romero destacó que el organismo ha cumplido con su responsabilidad de realizar un proceso electoral "con resultados comprobables".
Pero aunque el gobierno nacido del golpe, el opositor Carlos Mesa y el titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, han reconocido el virtual triunfo del MAS de Luis Arce, ha dado a conocer el candidato presidencial de Creemos, Luis Fernando Camacho, en un comunicado en el que aseguró que el país vive "momentos de incertidumbre", por la supuesta “mala gestión” del TSE.
Sin embargo, antes del día de las elecciones, el vocero del TSE informó que suspendería el Sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre) luego de realizar pruebas y concluyó que no permitirá “la seguridad de la divulgación total de datos".
Una vez más, soplan vientos golpistas en el Estado plurinacional de Bolivia, sin embargo el fascismo no pasará: la lucha de clase definirá, finalmente, la victoria del pueblo trabajador boliviano.