Giorgio Almirante -un nazi-fascista impenitente al que hoy en la Italia dominada por la memoria distorsionada y falsa les gustaría dedicar caminos- declaró con entusiasmo que el golpe contra Allende fue la derrota más grave del marxismo desde el fin de la guerra. Desafortunadamente, sus declaraciones infames anunciaron la realidad en parte. El golpe de Estado llevado a cabo por soldados fascistas con la complicidad inicial de la DC y las mal llamadas fuerzas democráticas de oposición de Chile cambió para peor la historia mundial.

El asesinato del presidente socialista elegido democráticamente y el exterminio de decenas de miles de militantes sindicales, socialistas, comunistas de la izquierda revolucionaria, no solo instauró en Chile la larga dictadura del carnicero Pinochet. Bajo la protección del amo estadounidense, que con el secretario de Estado Kissinger fue el organizador material del golpe, el fascismo se extendió por toda América Latina, estableciendo casi por todas partes regímenes militares feroces, con cientos de miles de desaparecidos, es decir, de asesinados.

Cuando hoy Trump, pero también la mayoría de los demócratas estadounidenses y los gobiernos europeos, apoyan a los reaccionarios y golpistas en Venezuela, Bolivia, Ecuador, México y en toda América Latina, siempre es necesario saber que sus protegidos son los seguidores de Pinochet y quieren hacer como él, es decir, conservar con sangre los privilegios más escandalosos de los ricos y de las multinacionales que los guardan. Pero el golpe contra Allende aún no está vigente solo porque los mismos sinvergüenzas de la época quisieran repetirlo, porque el criminal médico Bolsonaro se declara admirador y seguidor de Pinochet, sino sobretodo por el último informe del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, donde se pinta el gobierno de la 4T del Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador como un gobierno y un país llenos de tormentas y peligros. “México, cuya estabilidad y bienestar es vital para Estados Unidos, está atrapado actualmente en crisis preocupantes, que se alimentan mutuamente, en salud, economía y seguridad”, dice el informe.

El Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales es un laboratorio de ideas y propuestas –un think tank–, considerado el más influyente en temas de seguridad nacional y militares, por cuyas oficinas han pasado varios de quienes fueron piezas claves en gobiernos republicanos y demócratas, como Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski y Richard Allen, consejeros de seguridad de Richard Nixon, James Carter y Ronald Reagan, secretarios de Defensa como Harold Brown, o exjefes de la CIA, como James Schlesinger. El autor del reporte, Evan Ellis, asociado al programa de América Latina del CSIS, por sus siglas en inglés, es además, profesor de estudios estratégicos en el Colegio de Guerra del Ejército. Y no es casualidad que estrategas para los golpes de Estado de esta clase sean los que presentan en su informe un gobierno con dimensiones sociales y anti neoliberal como es - por cierto - el gobierno de AMLO, como ineficaz en lo económico, en el manejo del coronavirus y en la seguridad. Son críticos también de López Obrador porque, estiman en su informe, un componente de las múltiples crisis que enfrenta son producto de sus propias acciones.

“La crisis redujo los ingresos de México de las actividades productivas nacionales y las exportaciones, al mismo tiempo que ha obligado al gobierno federal a incrementar el gasto, incluidos 135 mil millones de pesos para la población vulnerable impactada por la pandemia. La combinación de precios de petróleo bajos y las deficiencias internas, han convertido a Pemex en la principal fuga de recursos, en lugar de ser un generador de ingresos, sumando dos mil millones de dólares de deuda en el segundo trimestre de este año. En junio, el Banco Mundial extendió su línea de crédito de mil millones de dólares para ayudarle a México a sortear la crisis, por lo que se espera que la deuda pública salte de 45 por ciento a 60 por ciento para fines de año”.

El Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales menciona también los conflictos geopolíticos entre China y Estados Unidos, el terrorismo – el temor que por la frontera común entren personas o grupos que quieran cometer actos violentos en territorio estadounidense o la pandemia del coronavirus – que requiere de colaboración bilateral estrecha para evitar un ir y venir de contagios –, que son temas a los cuales el presidente Donald Trump se ha referido varias veces en tono de desprecio a México y como enemigo de los intereses nacionales estadounidenses.

Algo que aborda el informe es la ventana de oportunidad que se le ha abierto a China y Rusia para expandirse en México, ante las necesidades inmediatas de López Obrador en inversión y medicinas, y el vacío que está dejando Estados Unidos.

El fascismo en Chile en 1973 le habla por ende, al mundo de hoy y a México porque en ese país, sobre los cuerpos torturados de aquellos a quienes Pinochet llamó los marxistas, se construyó el primer ladrillo de la jaula liberal que hoy arrasa el mundo.

Chile fue el conejillo de indias de un experimento económico y social dirigido por los Chicago Boys, los economistas liberales encabezados por Milton Friedman. Todo el sistema público fue destruido o privatizado, excepto por supuesto el ejército y la policía, los derechos laborales cancelados en nombre de la flexibilidad, el sistema tributario demolido a favor de los ricos, las empresas, las multinacionales. La dictadura fascista de Pinochet permitió instaurar la dictadura del mercado, que luego se extendió por todas partes, esa misma que el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington quiere seguir imponiendo en todo el mundo, México incluido; de acuerdo a su informe.

Incluso en Italia ese golpe marcó un giro negativo. El PCI de Belinguer -bajo la no tan velada amenaza de Estados Unidos, donde el siempre operativo Kissinger declaró que no quería "espaguetis en salsa chilena" - aceptó una política económica reconstituyente a favor de las empresas y del mercado, en nombre del acuerdo con el ANUNCIO.

En 1971 Fidel Castro, en representación de Cuba que resistió al imperialismo entonces como ahora, realizó un largo viaje a Chile, acogido como amigo y camarada por el presidente Allende. Hablaron durante mucho tiempo de sus respectivos programas y al final, abrazándose, coincidieron en que en distintas formas diferentes querían llegar a un mismo objetivo: el socialismo. Pero Fidel agregó: Nunca te dejarán sin pelear. Por ello, le dio a Allende la ametralladora, la que luego tomó el presidente en el palacio presidencial sometido al bombardeo de la aviación golpista de Pinochet.

El capitalismo liberal es fascismo económico y en nuestra época se ha establecido después del éxito del golpe del fascismo político. Hoy más que nunca deben ser combatidos y derrotados juntos, si queremos derrocar el pésimo mundo de hoy: la dictadura viral-digital en la que nos quieren someter.

Recordamos al camarada Allende, como también, todos los que fueron asesinados con él, luchando hoy contra sus propios enemigos de esa época. No dejando solo a nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador y a nuestro México lindo y querido en las manos del fascismo neoliberal.