¡Que viva Tamaulipas, que viva México!
Alrededor de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se construyó una cofradía de terror, dicen los legisladores federales integrantes de la bancada de Morena, el partido político que llevó al poder al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador; Cabeza de Vaca, tiene otros datos.
Mientras la Comisión Instructora, de la cámara baja del Congreso de la Unión, encargada de analizar las pruebas para la intención de desafuero contra el gobernador más rebelde y confrontativo de la Alianza Federalista, considera que en el umbral de la libertad de expresión y derecho a la información, se está obligada a “transparentar y hacer públicos” aquellos actos que han alcanzado notoriedad nacional.
El gobernador en cuestión, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, responde: “A la bajeza de los golpes políticos, impondremos la altura de nuestra visión y fortaleceremos nuestro carácter ante la cerrazón, convenceremos con la razón decididos a hacer valer la ley y el interés superior de las y los tamaulipecos. Aquí seguiremos dando la batalla hasta el último aliento porque contamos con la razón, tenemos dignidad y sabemos defender nuestro honor”.
Y aunque la propuesta de desafuero se convirtió en un show mediático que catapultó, bueno, mejor dicho, dio a conocer a Cabeza de Vaca hasta en los rincones del país donde no sabían de su existencia; los morenistas que lo atacan desde el Gobierno de la República, refieren que ellos actúan con transparencia, a diferencia del tamaulipeco, ese que dice, precisamente en el marco de su quinto informe de gobierno:
“En la medida que hagamos respetar nuestra dignidad y abordemos el cambio con la determinación de hacerlo permanente, un horizonte de paz y de oportunidades continuará abriéndose ante nosotros. Ante ustedes viéndolos de frente, el gobernador del estado refrenda su compromiso para seguir luchando ante las circunstancias adversas y más cuando pretendan intervenir en el rumbo de una entidad libre pero sobre toda soberana”.
La acusación o mejor dicho, el grito propagandístico de Cabeza de Vaca, viene a colación debido a los señalamientos de Ricardo Monreal Ávila y su senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán, ambos los acusan de vínculos con la delincuencia organizada, así como en la actualidad algunos morenistas dicen lo mismo de Alfonso Durazo.
Pero bueno, Cabeza de Vaca, se dice inocente al tiempo que exhorta a las y los tamaulipecos a seguir uniendo esfuerzos y trabajar por un mejor estado y un mejor país, sin claudicar en esta batalla contra el gobierno centralista, pues desde su óptica, dice que México nunca podrá cambiar verdaderamente si la búsqueda del progreso social y económico parte de un discurso de odio y de rencor que solamente divide a nuestro país.
Sabrá Dios, López Obrador y su patrón, que le depara al gobernador; lo cierto es que este rebelde panista es bravucón, callejero, peleonero y parece no se anda con rodeos pues ante la clase económica de Tampico, una de las ciudades más importantes del noreste del país y otros empresarios invitados del norte de Veracruz, San Luis Potosí, Hidalgo y Nuevo León, dijo sin discreción:
“Que nunca se nos olvide que nadie quiere más esta tierra que aquellos que vivimos en ella, que aquellos que la trabajamos todos los días, que aquellos que la hemos sufrido y padecido y a pesar de las adversidades seguimos de pie y hemos sacado adelante a Tamaulipas. Esta no será la primera ni la última vez que enfrentamos situaciones complejas como las que estamos viviendo por políticas públicas ajenas e insensibles a nuestra realidad.
Nadie, nadie jamás podrá arrebatarnos tanto lo hecho, como lo contundente demostrado de lo que hoy es Tamaulipas para México y para la República, la grandeza de nuestro estado y el orgullo de cada uno de nosotros está grabado en nuestras almas, está grabado en nuestros corazones; por lo que nadie absolutamente nadie nos lo podrá arrebatar. Sí, me refiero a lo que hemos logrado juntos, recuperar el orgullo de ser tamaulipecos. ¡Que viva Tamaulipas, que viva México!
davidcastellanost@hotmail.com