El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que empezó a funcionar en el primer minuto de este año y que marca la desaparición del Seguro Popular, ha sido duramente criticado por políticos de oposición, periodistas, académicos, líderes de opinión y seis ex secretarios de salud federal.
Los opositores del modelo de salud para la atención de las personas que no estén afiliadas a los servicios de seguridad social impulsado por la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, critican que la nueva institución cobra cuotas de recuperación para atender enfermedades de tercer nivel, además de causar incertidumbre al tener poco clara su estructura financiera. Otro de los puntos que mucho se ha hablado y por supuesto han sido duramente criticados, es el desconocimiento de los beneficiarios respecto al funcionamiento de este organismo y de los trabajadores de la salud que lo operan, así como la poca información y la falta de transparencia respecto a cómo será la relación de las entidades federativas con el gobierno central. Así mismo, la desaparición del Seguro Popular ha causado grandes críticas debido a que a pesar de sus limitaciones funcionaba bien.
La oposición que antagonizan con el gobierno de la Cuarta Transformación por el nuevo sistema de salud, parte de que el Seguro Popular que nació en 2003 en el gobierno de Vicente Fox Quesada, y fue reforzado en las administraciones de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto “atendía de forma más o menos adecuada a los afiliados a ese sistema de salud”, mientras que el Insabi a solo tres semanas de estar funcionando ya está provocando malestar entre sus beneficiarios.
La defensa que hacen del Seguro Popular políticos de oposición, analistas y columnistas de diarios de circulación nacional así como ex secretarios de salud está fuera de la realidad, ya que el modelo de salud instaurado en el gobierno foxista, no tenía un funcionamiento adecuado, tenía muchas carencias y se prestaba a la corrupción sobre todo con gobernadores que veían estos recursos para la atención a la salud una especie de caja chica y este dinero lo usaban para otras cosas que no era para la atención de las enfermedades de la población.
Columnistas como Héctor de Mauleón, Sergio Sarmiento, Pablo Hiriart, así como los políticos Marko, Cortés, Fernando Belaunzarán y 6 ex secretarios de Salud federal, defienden la institución de salud que desapareció este año y culpan al Insabi de causar hasta muerte de personas por la mala atención que presta y el desabasto de medicinas en los hospitales públicos.
Al parecer los defensores a ultranza del Seguro Popular que nació como una institución sin estructura hospitalaria propia, no se acuerdan que este organismo tiene una historia de corrupción entre autoridades federales y gobernadores, como fue el caso del exmandatario veracruzano Javier Duarte de Ochoa, entre otros y que la atención era deficiente y que existía desabasto de medicinas para la atención de los afiliados.
La Auditoria Superior de la Federación (ASF), no ha podido comprobar en que se usaron más de 71 mil millones de pesos de recursos que dio la federación a las entidades federativas desde el 2005, para los servicios de salud. Este dinero estaba destinado a servicio médico, construcción y equipamiento de clínicas y hospitales, compra de medicinas, pero estos recursos no se ha encontrado.
México ha invirtió poco y mal en salud pública en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; en proporción, al dinero que gastó en salud esto era incluso menor al que asignaron países con desarrollo similar: los cerca de 1.2 billones de pesos que destinó México en 2013 equivalían a 6.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) . En los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) , el gasto en salud promedia 9.6 por ciento del PIB y se expande más de lo que lo hacen estas economías.
Otro aspecto que caracterizó al modelo de salud en México desde hace más de 20 años es el referente a los recursos financieros que se dedicaban a tareas administrativas era tres veces más alto que el promedio de los países OCDE, y en los estados existen todavía duplicidades en los registros de las instituciones públicas: más de ocho millones de mexicanos estaban afiliados al IMSS y, al mismo tiempo, al Seguro Popular, mientras que 1.2 millones estaban en el ISSSTE y en el Seguro Popular.
El Seguro Popular logró aumentar la afiliación, pero le faltó avanzar en el número de intervenciones atendidas y en dar más dinero para realizarlas; las otras dos vertientes de la cobertura universal, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre las enfermedades no atendidas por el Seguro Popular estaban el cáncer de pulmón y la esclerosis múltiple, los infartos al miocardio después de los 65 años, además de que sus afiliados surtían el 30 por ciento de sus recetas en farmacias privadas, por desabasto de medicamentos, según el estudio Satisfacción de Usuarios del Sistema de Protección Social en Salud 2013, hecho por el Instituto Nacional de Salud Pública.
Luis Fernández director ejecutivo de Nosotrxs, dijo en una entrevista para el Universal de agosto del 2017 que en México en 2015 murieron 26 mil 57 niños menores de un año.
Del total de niños que murieron en el país en 2015, el 42 por ciento lo hizo en el Seguro Popular, 20 por ciento al IMSS, y el 1.9 por ciento al ISSSTE. que de las 26 mil 57 muertes, 12 mil 992; es decir 35 infantes mueren consecuencia de enfermedades que se pueden prevenir.
Según Fernández, la corrupción es una de las causas de la muerte infantil, pues los recursos no llegan a las poblaciones que deben atender y se diluyen a lo largo de la cadena de asignación.
El académico señaló que México ocupó el último lugar en la tasa de mortalidad infantil de la OCDE, en la posición 35 de 35; en 2015, el Estado de México fue la entidad que reportó en ese año más defunciones en recién nacidos, con una cifra de tres mil 862, seguido de Veracruz con mil 778; Puebla, mil 768; Ciudad de México, mil 580; Jalisco, mil 552; Chiapas, mil 515; y Guanajuato con mil 247.
Las quejas por el Seguro Popular por parte de los pacientes fueron muchas era una institución que tenía fines muy nobles pero en la práctica era un organismo corrupto que no cumplía con dar la atención adecuada a los enfermos.
Los que defienden el ineficiente Seguro Popular, defienden a gobernadores corruptos un organismo ineficiente y queda en duda su objetividad y una cosa es cierta, ellos nunca han necesitado del modelo de atención médica que tanto defienden. .
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