La reforma que viene se encuentra en gestión; en un proceso de consulta popular o ciudadana (a realizarse del 27 de agosto al 29 de octubre) que pretende recabar las opiniones de los docentes, padres de familia y especialistas en educación de todo el país para que, con base en sus resultados, se pueda alcanzar un “pacto social” en la materia. El futuro secretario de educación, Esteban Moctezuma Barragán (EMB), ha comentado que ahora sí se tomará en cuenta al magisterio y que, con base en sus opiniones, el nuevo gobierno podrá establecer un nuevo rumbo educativo del país, que tendrá un amplio consenso. Aunque no puedo dejar de estar de acuerdo con la idea de consultar a la ciudadanía sobre temas de interés nacional, me surgen muchas dudas sobre este nuevo plan educativo y su manera de construirlo.
Primero, EMB parte de la falsa premisa de que la reforma educativa de 2013 no consideró la opinión de los docentes y especialistas de México. Si bien no se hizo como una consulta formal desde un principio, muchos de los legisladores que la diseñaron y la aprobaron eran profesores (incluyendo exlíderes sindicales) que representaban, no solo al magisterio, sino a la población de México. De hecho, es bien sabido que muchas de las cláusulas de la Ley del Servicio Profesional Docente fueron acordadas por algunas fracciones sindicales, incluyendo a la CNTE. Asimismo, están muy bien documentas las acciones que los exsecretarios de educación, Emilio Chuayffet y Aurelio Nuño, realizaron en distintos momentos. El primero de ellos, en enero de 2014, emitió una convocatoria abierta para participar en los “Foros de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo”, que tuvieron lugar durante la primera mitad de este año. En total hubo tres reuniones nacionales y 18 foros regionales, donde participaron miles de profesores de educación obligatoria. La consulta realizada por Nuño, sobre el tema del Nuevo Modelo Educativo, también convocó a cientos de miles de docentes y especialistas de México, cuyas opiniones fueron resumidas y sistematizadas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Segundo, la nueva consulta que coordina EMB, a diferencia de las anteriores, no la encabeza un miembro del gobierno, sino un particular que “presumiblemente” se convertirá en el nuevo secretario de educación. Sin embargo, hoy en día, no se puede decir que la consulta es oficial y, mucho menos, que sea vinculatoria en términos formales.
Tercero, a diferencia de las consultas “inexistentes” de la reforma de 2013, que fueron sintetizadas y sistematizadas por una institución educativa de gran prestigio y externa a la SEP (CIDE), no es claro cómo y quiénes procesarán las miles de opiniones que, seguramente, se recabarán en esta nueva consulta que realiza el futuro gobierno federal. Sería muy afortunado saber qué metodología se utilizará para evitar que sea una consulta “a modo” cuyos resultados solo “confirmen” lo que se ha se ha dicho en la campaña presidencial.
Finalmente, quiero subrayar que diga lo que se diga en esta nueva encuesta, no veo que en materia de educación “haya nada nuevo bajo el sol”. Las experiencias de los países exitosos educativamente señalan con mucha claridad que lo verdaderamente importante en el tema educativo es: tener una administración ordenada cuya meta sea fortalecer la autonomía de las escuelas; contar con un modelo pedagógico actualizado, que lo pueda implementar el docente con sus alumnos; contar con la infraestructura física, equipamiento y materiales educativos funcionales y suficientes; contar con una planta de profesores muy bien formada y altamente motivada para trabajar con sus estudiantes; cumplir con la normalidad mínima, particularmente, con los días y horarios de clase establecidos en el calendario escolar; alcanzar las metas de los planes y programas de estudio; contar con una red de supervisores que privilegien en lo administrativo las necesidades académicas de las escuelas; contar con directores cuyo liderazgo esté orientado a lograr el aprendizaje de los estudiantes; y, lograr que los padres de familia participen activamente en la toma de decisiones de las escuelas y apoyen a sus hijos en todo lo que se requiera para que tengan éxito en su educación.
Cualquier resultado que se obtenga de esta nueva consulta educativa, por pura lógica, tendrá que ir de la mano a lo que mundialmente se ha señalado. Por supuesto que puede haber matices y prioridades. De cualquier manera, será muy interesante conocer si la nueva consulta nos dice que “sí hay algo nuevo bajo el sol” en materia educativa.