1. La crisis social y económica generada por la pandemia del coronavirus es de pronóstico reservado. El daño a las poblaciones del mundo está siendo mucho mayor que el peligro de contagio del citado virus.

2. El confinamiento obligatorio en casa, en varios países del mundo, ha incrementado el pánico y ha generado una campaña perniciosa en México, donde se busca, se exige, que el país pare del todo.

3. La derecha mexicana es curiosa, porque le exige al compañero presidente López Obrador que mande a todos a sus casas y, como no lo hace, lo acusa de irresponsable. Aunque permanentemente lo ha acusado de dictador, justo esa sería la actitud en que se inscribiera el compañero presidente si obligara a todo mundo a parar.

4. El daño de parar todo sería brutal para el pueblo trabajador. Tomar una medida tan extrema como innecesaria -creo yo-, sería demoledora para la economía del pueblo mexicano. Como lo dijo hace dos días Donald Trump: está saliendo peor el remedio que la enfermedad.

5. Pero no es este el tema que quiero tratar, sino el de el enorme odio y mezquindad de la derecha mexicana. En todos los países donde se enfrenta la pandemia, las fuerzas políticas han cerrado filas en torno a su gobierno y a las medidas decretadas por éste.

6. En México, por el contrario, la oposición se empeña en anunciar catástrofes, en desinformar, en tergiversar, en intrigar, en generar el mayor pánico posible y en apostar a la tragedia y a una catástrofe económica.

7. La mala fe de la derecha mexicana es impresionante. Su odio hacia el gobierno del compañero presidente López Obrador es solamente equiparable al odio que tiene hacia el pueblo mexicano.

8. A la derecha mexicana le desespera que no pueda seguir haciendo negocios al cobijo del poder, que tenga las manos amarradas para robarse el presupuesto que es del pueblo mexicano.

9. Así las cosas, estoy cierto, que si nuestro gobierno hubiese decidido enviar a todos a sus casas, la derecha mexicana estaría gritando histérica que es una medida desproporcionada, autoritaria, violatoria de los derechos humanos y estaría convocando a la desobediencia sobre la misma. De la misma manera que hoy, al llamar a la sana distancia, grita desaforadamente que es una medida insuficiente y que nos hará caer en la tragedia inminentemente.

10. Llevan semanas anunciando la tragedia que no llega y no llegará. Pero más allá de toda su histeria y mala fe, la derecha mexicana no puede modificar el hecho de que hay sólo cinco muertes y que el manejo del epidemiólogo López Gatell ha sido serio, profesional y altamente eficiente.

Por todo lo anterior, es evidente que la derecha mexicana nunca podrá escribir un libro titulado "El amor en tiempos del coronavirus", porque lo único que saben destilar es odio, un odio profundo, irracional, profundamente mezquino y miserable hacia nuestro pueblo y hacia nuestra patria.

"El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz".

Gerardo Fernandez Noroña.

México Distrito Federal a 25 de marzo de 2020.

A manera de triste posdata: según datos de la Organización Mundial de la Salud, 8500 niños y niñas mueren de hambre todos los días en el mundo. Al día de ayer, habrán muerto 705,500 niños y niñas en el planeta. Es una catástrofe de dimensiones brutales producto del sistema económico que vive la humanidad. Pero eso a nadie le importa, porque el hambre no es contagiosa.