Si empezamos a comparar las respuestas de acción gubernamental (en contra de la violencia de género), del Ejecutivo Federal encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, con -por ejemplo- la inaceptable y condenable violencia que se ejerció recientemente en Jalisco contra una mujer indefensa , ello nos llevará -entre muchas otras aristas- a 2 apuntes claros y precisos:
1. Socialmente no puede ser aceptada ninguna acción de violencia estatal (mucho menos de agresión a ninguna mujer).
2. La imperante necesidad de que diversos sectores de la sociedad (en especial algunos radicalmente concientizados): también empiecen a politizarse -conceptual y programáticamente- mucho más (a veces el pensamiento mágico no ayuda mucho); que empiecen entender y diferenciar el contexto histórico, la complejidad intrínseca del problema (que mencionamos algunos puntos básicos en la primera parte de éste análisis) , pero ante ello, revisar las distintas agendas, la visión ideológica y programática, los proyectos en pugna, las trayectorias públicas de los personajes inmersos en la arena jurídica, politica e institucional: los perfiles de los propios actores políticos y económicos (los intereses en juego ya sean individuales o de grupo), las lineas de acción alternativa y más adelante los programas de gobierno en marcha, el propio acccionar gubernamental (ámbitos municipal, estatal, federal. Poderes ejecutivo, legislativo, judicial y ciclo de políticas públicas); los avances, retrocesos y los resultados en la materia (los datos duros son los datos duros).
Y no, no es lo mismo un tipo como Enrique Alfaro, que alguien con autoridad moral, con errores y defectos pero honesto y humanista como el Presidente Andrés Manuel.
Así que reiterando: ciertamente algunos sectores radicalmente concientizados se deben informar mejor de los programas con perspectiva de género que hoy están en marcha por parte del Gobierno de México, como por ejemplo: del Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras que busca "contribuir al bienestar social e igualdad mediante el mejoramiento de las condiciones de acceso y permanencia en el mercado laboral de las madres que trabajan, buscan empleo o estudian para que cuenten con facilidades para encargarse del cuidado y atención infantil".
Y ojo este programa del bienestar (becas para madres solteras sin importar si reciben o no pensión alimentaria de sus ex parejas), es uno de los programas sociales insignia del hoy Presidente Andrés Manuel, desde que fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Y de igual forma habrá que distinguir -ojo no lo digo por las mujeres más inteligentes y conscientes de la nueva generación progresista que está con la 4T- entre declaraciones y las mencionadas acciones programáticas de política pública con equidad de género, que ya están en marcha:
Como la Ley de Amnistía: Impulsada por el Presidente AMLO, aprobada en el Congreso por una mayoría simple progresista y finalmente aplaudida por la mismísima ONU
Esta ley básicamente contempla -entre otros avances a los Derechos Humanos- a mujeres que fueron injustamente encarceladas por haber decidido sobre su cuerpo: para que puedan salir en libertad. Y justo no hay que dejar de señalar que la aprobación de la ley, fue irracionalmente votada en contra por el partido más conservador, racista, clasista, homofóbico y misógino que existe en México (el PAN) y también por un miserable (éticamente hablando) Senador llamado Emilio Álvarez Icaza.
Para finalizar, hay que traer a la palestra de la reflexión sobre el extenso tema, algunos de los apuntes analíticos que nos dejó en su artículo para el diario Milenio la activista feminista y socióloga Valeria López Luévanos:
"Andrés es uno de los mejores presidentes que hemos tenido desde hace mucho tiempo. Ha llevado la justicia social a donde antes ni siquiera se había pensado, está cambiando la forma en que estaba estructurada la vida pública de nuestro país y muchos de los programas federales están impactando (para bien) la vida de las mujeres".
"La pensión de adultos mayores, que ahora es un derecho constitucional, a quien más favorece es a las mujeres, pues son quienes menos acceden a la seguridad social, pese haber trabajado y seguir trabajando toda la vida. Jóvenes construyendo el futuro beneficia, en su mayoría, a mujeres: mujeres madres solteras que no tenían oportunidad de demostrar sus destrezas y capacidades; mujeres jóvenes que no pudieron seguir con sus estudios. Estas políticas tocan directamente la vida de las mujeres, su bienestar, su calidad de vida, y, por tanto, su bienestar subjetivo, emocional. Se combaten indirectamente los prejuicios y directamente la dependencia y violencia económicas. Eso dignifica nuestras vidas, reconstruye tejido social".