Para combatir la delincuencia organizada, no existe un solo camino, son múltiples y hay algunos que pueden provocar más o menos violencia. Desgraciadamente en los dos sexenios anteriores se eligió el camino que provoca más violencia en la reacción. Esta era una estrategia que implicaba enfrentar a los delincuentes por medio de armas y de la violencia y aquellos a defenderse igual, por medio de armas y violencia.
Es también una estrategia que se enfocó en la fracturación de las bandas de la delincuencia organizada. Esto es, a golpear a las cabezas y como reacción originó que los segundos y los terceros de abordo, se enfrentaran entre sí, para determinar quién se quedaba con la banda o incluso fracturaron las bandas para que, de una se hieran dos o más.
Estas estrategias fueron altamente generadoras de violencia, pero no vimos en ningún momento estrategias que pudieran servir para atacar también a grupos delictivos, pero con violencia muy reducida, y me refiero por ejemplo, a detenciones en bloque.
En España, por ejemplo, cuando se trata de desarticular una organización delictiva dedicada al narcotráfico, hay entre 400 y 600 detenidos en bloque, en una operación nacional, que permite descabezar verdaderamente la organización, porque no solo se detiene a los jefes, sino también a los operadores de la parte financiera, a los del trasiego de drogas, a los de transporte y almacenaje y entonces sí, se desarticula la banda sin violencia.
El Gobierno Federal congeló cuentas bancarias que eran utilizadas para mover fondos relacionados con el robo de combustible. Se enfocaron en algo que no se había hecho anteriormente, utilizar la inteligencia financiera para derrotar a los delincuentes. Bien lo dijo Sánchez Cordero, no solamente son los de abajo, sino los de cuello blanco que tenían una red de distribución.