Cada quien es libre de creer en lo que quiera y profesar la religión que desee en México, así tenga las costumbres más machistas, manipuladoras y hasta que sean absurdas para la mayoría. El Artículo 24 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala que cada quien puede profesar el culto que desee y practicar las ceremonias o rituales que quiera sin que estos violen la ley.

O sea que, si alguien quiere creer en un unicornio como su dios, está en todo su derecho o si quieren tomar la sangre de un animal recién sacrificado, mientras no esté en peligro de extinción, también pueden hacerlo y si quieren creer que un niño, un oso mexicano o un adulto mayor es el salvador del mundo, también pueden hacerlo libremente.

La diversidad religiosa en nuestro país es vasta, y la tolerancia en mínima, porque, aunque estemos en pleno siglo XXI la intolerancia sigue siendo un problema social, obviamente hay que aclarar que muchos feligreses de todas las religiones que se profesan, se creen poseedores de la verdad y ellos mismos generan ambientes hostiles al no respetar que se haya otros cultos.

Y también hay que señalar que los líderes religiosos son humanos y muchos de ellos son unos corruptos, delincuentes y manipuladores que solo usan a su grey para obtener beneficios. 

Como Naasón Joaquín García, líder la Luz del Mundo, que es señalado por violación y pornografía infantil, aunque los 1.8 millones de seguidores en México no lo crean; o el sacerdote católico Francisco Javier 'N', por su presunta responsabilidad en el homicidio culposo del estudiante Leonardo Avendaño, o los miles de casos de sacerdotes pederastas que son encubiertos por las cúpulas de El Vaticano y políticas de muchos países; en Oaxaca, por ejemplo, el sacerdote Gerardo Silvestre que es acusado de 100 casos de violación y abuso sexual de niños indígenas, solamente tiene una condena por corrupción de menores, pero por un caso, los otros 99 no han sido investigados.

Y la respuesta de la Iglesia Católica ante los señalamientos de pederastia sólo se mantiene en que no son ciertos y mueve a los sacerdotes de estado y hasta de país cuando son acusados, encubriendo una práctica inhumana, que demuestra la podredumbre en la que se encuentra también esta institución.

Simplemente el caso de los sacerdotes católicos es alarmante, el Departamento de Investigaciones sobre Abuso Religioso y el Centro de Investigaciones del Instituto Cristiano Mexicano, reveló que al menos 30% (4 mil 200) de los 14 mil sacerdotes católicos en México, han cometido algún acto de abuso sexual en los miembros de la comunidad católica.

Y así podríamos ir nombrando miles de casos de corrupción en todas las iglesias que hay en el país, sin embargo, llama mucho la atención que el presidente Andrés Manuel López Obrador tenga un discurso con toques religiosos, se supone que vivimos en una República laica, pero no todos los líderes políticos respetan, por ejemplo, el Partido Encuentro Social es un organismo confesional que se presenta como defensor de los valores tradicionales, pero no importó el Artículo 40 para que se registrara.

El mismo presidente con su propuesta de la cruzada moral, a la que ha invitado a varios líderes religiosos lo hace, esto es peligroso porque modificarán varios artículos, y se fomenta la intolerancia religiosa; el pasado 22 de febrero en Palacio Nacional se reunieron varios líderes religiosos con AMLO para analizar modificaciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, a fin de concederles concesiones en los medios públicos, y esto con el plan de poder difundir los valores de la cartilla moral.

La Cuarta Transformación tiene tintes evangélicos y eso es alarmante, porque es una involución después de 160 años de las Leyes de Reforma encabezadas por Benito Juárez, en donde se logró separar al Estado y la Iglesia. Y con la cartilla adoctrinante de este régimen me preocupa saber qué pasará a los que no quieran acatarla.