El programa Jóvenes Construyendo el Futuro destinará 110 mil millones de pesos en becas para aquellos que no estudian ni trabajan, con la promesa de que logren concluir sus estudios o ser capacitados para lograr la inserción laboral. Se trata de la mayor inversión en juventudes de edad productiva que formalmente, no han sido incluidas en el sistema formal educativo y laboral.
Lo interesante -preocupante- es que Andrés no descarta llegar a la fase de "pobreza franciscana", si es necesario, para que el presupuesto alcance. Lo dijo refiriéndose a la administración pública exclusivamente, pero el tema es que la referencia religiosa nuevamente lo coloca como más como un líder omnipresente que como un presidente electo. Los franciscanos son frailes que pertenecen a una orden de la Iglesia católica fundada por san Francisco de Asís en 1209, en la edad media.
A menos que se tome al presidente electo muy a la ligera, pareciera que la austeridad que promueve se acerca más a una visión santificadora de la clase política que a una medida liberal para el desahogo de la burocracia. En "La pauvreté franciscaine" o La pobreza franciscana de Jacques Paul, ensayo publicado en el suplemento Pax et Bonum núm. 148, dice que "la pobreza franciscana sería, pues, la transposición religiosa, en el plano ideal, de un género de vida y de un nivel social."
Transponer significa ocultar, desaparecer, cambiar o trasladar y la mención de la "pobreza franciscana" parece ser más una advertencia que un chascarrillo. Toma sentido cuando se plantea una constitución moral, la república amorosa, la amnistía a los desvalidos y otros conceptos propios de la cuarta transformación que anuncian la imposición de un nuevo discurso hegemónico que podría perdurar hasta unos 18 años, un discurso poderosísimo en tanto religioso.
Si Andrés coincide con que la burocracia, o específicamente, su plantilla de gobierno sea una nueva élite con superioridad moral por ganar modestamente, lo que la pobreza franciscana plantea según Jacques Paul: "sería la santificación, por medios apropiados, del comportamiento habitual de una parte de la sociedad". Es decir, comenzar como el ejemplo de la manera correcta de vivir: sin dinero o mejor dicho, con la incertidumbre del día con día.
EL COMBATE A LOS EMPRESARIOS DE LA ORIGINAL "POBREZA FRANCISCANA"
El combate contra los primeros resultados de la actividad mercantil fue la respuesta de esta orden sacerdotal, que competía en adeptos con la orden de los dominicos y en la edad media se vivió la "pobreza franciscana", según Lester K. Little, como una respuesta a los problemas morales que dibujaba la vida urbana, como la desigualdad, la explotación y la voracidad de los comerciantes. Según él, la idealización de la pobreza y los mendigos religiosos son la expresión de la sensibilidad social de los siglos XII y XIII.
En aquellos momentos de la historia, el comercio no tenía justificación humana ni moral. Los mercaderes se enriquecían por sus actividades y eran acusados de codicia. Un pensamiento recurrente sobre el enriquecimiento era que no puede justificarse de ninguna manera. Ni siquiera en caso de herencia, pues para los pueblos y las autoridades morales, ese dinero debía usarse para la supervivencia, pero no para la "usura".
Los comerciantes bajo los ojos de los franciscanos, tenían en su estilo de vida una larga lista de pecados y vicios: la usura, la avaricia, la envidia y la soberbia, por lo que para estos cristianos, los acaudalados siempre estarán en crisis espiritual.
¿Y LAS MASAS CRÍTICAS Y LAICISTAS?
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"«Empéñense todos los hermanos -dice Francisco- en seguir la humildad y pobreza de nuestro Señor Jesucristo» (1 R 9,1; cf. 2 R 12,4).
Cristo «fue pobre y huésped y vivió de limosna tanto Él como la Virgen bienaventurada y sus discípulos» (1 R 9,5).
Quien guarda dinero, aunque sea fruto de un trabajo legítimo, queda excluido de la «herencia y de la justicia que se debe a los pobres, adquirida para nosotros por nuestro Señor Jesucristo» (1 R 9,8). " (1)
Andrés Manuel dijo ese mismo día que "es un honor trabajar para la cuarta transformación, deberían sentirse orgullosos (...) son 6 años sabáticos" en referencia a que los funcionarios no ganarían mucho dinero, pero que tampoco les faltaría para <
¿Alfonso Romo, empresario regiomontano, estará dispuesto a renunciar a sus empresas o poner de su bolsa para cumplir con la <
Lo más curioso es que México, con una aplastante mayoría católica, en un contexto de izquierdas triunfantes, las masas por fin se han reconciliado con la idea de que la religión sea recordatorio constante y base de la nueva forma de gobierno, ya no critica.
Y de la laicidad del Estado, ya ni hablamos.