El feminicidio de Victoria Esperanza
El feminicidio de Victoria Esperanza fue un crimen racista, misógino y clasista. Como sitio turístico principal a pesar de la pandemia, Tulum recibe a miles de turistas y también a migrantes que arriban para trabajar. Es común mirar a las afueras de los puertos a jóvenes eufóricos y muchas veces, ebrios. Gritan, bailan, se molestan, cantan… unos sin cubrebocas y otros sin camisa. Da igual.
La policía municipal de Tulum suele prestar más atención a los conflictos criminales que amenazan la seguridad que a la actividad turística y ninguna mujer blanca, de nacionalidad europea o norteamericana ha sido sometida con la misma brutalidad y violencia con la que Victoria fue sometida. El video de la migrante de 36 años con visa humanitaria que deja huérfanas a dos niñas ha dado la vuelta al mundo pero sería un error pensar en que es un caso aislado. No es un caso aislado ni por Quintana Roo ni por las mujeres migrantes.
La brutalidad policiaca en Quintana Roo se reitera contra las mujeres, recordemos cuando hace apenas unos meses, una protesta estudiantil contra feminicidios fue disuadida a balazos. Los pobres son también quienes peor la pasan en el municipio que se pretende vestir de gala y paraíso para el turismo internacional: los indigentes son arrastrados con extremo uso de la fuerza para que no pernocten en sus calles.
Para las mujeres que migran, la suerte de Victoria no se aleja mucho… con la distinción de que en el México inhumano y racista, las vidas de las mujeres migrantes si no quedan en manos de policías abusivos quedarán en manos de los grupos criminales que antes de asesinarlas, explotarán con fines sexuales.
Fuera de la cifra negra del subregistro que no es menor, los casos de violencia sexual contra las mujeres migrantes en tránsito se estima de al menos “seis de cada 10 mujeres” según Susanne Willers con base en datos de Amnistía Internacional. Para 2019, la ONU calculaba que habían desaparecido más de 32 mil migrantes en México de los cuales, la mayoría son mujeres.
La FGR esclarece menos del 1% de casos de desaparición forzada y en ese mismo año, en un informe oficial de la Fiscalía Especializada en Materia de Derechos Humanos de la FGR enviado al Congreso de la Unión revelaron también la baja resolución en las indagatorias de violencia contra las mujeres, con un promedio de solo 2.7% de casos judicializados.
En 2020, cada 2 horas y media una mujer fue asesinada en México. No es un hecho aislado, es el abuso sistematizado.
Un grupo de pusilánimes cercanos al lugar que pudieron documentar y grabar el asesinato pero que en ningún momento les pidieron a los policías parar. Ojalá que en las carreteras del sur hubiese espectadores con celular a la mano para documentar las otras brutalidades que viven los migrantes cuando intentan pasar por nuestro país.
Que grabaran los robos, las violaciones, las desapariciones y los secuestros. El Presidente Nayib Bukele de El Salvador tiene razón en que no es odio por parte de mexicanos a salvadoreños… es el odio de las policías locales y federales a las personas migrantes. Es el odio de los que detentan el monopolio de la violencia legitimada a nombre del Estado en contra de las mujeres.
Los actos contra Victoria nos impactan por la violencia gráfica del crimen. Los medios han hecho su parte al revictimizarla, exhibirla y otros tantos que han descifrado los hechos , comunican con honestidad: Victoria no murió, la mataron. Sus hijas crecerán y revivirán en sus celulares el día en que su madre se famosa por las peores razones.
México es un país feminicida, raciclasista, con policías abusivas y la combinación de los factores migración, género, pobreza y contexto en un solo momento, tiene como corolario la brutalidad.
¿A quién cuida, en realidad, la policía?
En 2020, cada 2 horas y media una mujer fue asesinada en México. No es un hecho aislado, es el abuso sistematizado. JUSTICIA.