Han pasado poco más de dos meses desde que Andrés Manuel López Obrador tomó protesta como presidente de México después de unas elecciones donde su partido, Morena, arrasó en todos los aspectos. Los morenistas no solo lograron ganar la mayoría en la cámara alta y baja de la federación, sino que consiguió mayoría en veinte de los treinta y dos congresos locales, ganó cinco gubernaturas y decenas de municipios en todo el país. Fue tal el éxito que consiguió lo que la izquierda nunca había podido lograr que es fuerza en el norte del país típicamente controlado por el PRI y el PAN.
Siendo realistas López Obrador comenzó a gobernar desde el día de las elecciones aplastando al entonces presidente Enrique Peña Nieto, que se diluyó entre la profunda derrota de su partido, el PRI, en las elecciones.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas pues Andrés Manuel ha cometido varios errores en las decisiones que ha tomado. El principal caso fue la explosión de un ducto de PEMEX en Hidalgo donde murieron más de ciento veinte personas que durante más de cinco horas estuvieron llenando bidones de gasolina mientras literalmente se bañaban en el hidrocarburo. De nada sirvió la presencia de policías federales, estatales, protección civil y el ejército que se quedaron a la expectativa esperando que todo estallara privando de la vida a decenas de personas.
El gobierno federal se negó a utilizar la fuerza del estado para poner orden y acordonar el área con el fin de evitar la tragedia que ocurrió. Cientos de miles de voces en redes sociales respaldaban al presidente y otros cientos de miles lo querían quemar en leña verde. Aquellos que durante años pregonaron por la muerte de los niños en la Guardería ABC adjudicándoselo a Felipe Calderón o los 43 de Ayotzinapa adjudicados a Enrique Peña Nieto ahora justificaban a su líder y lo defendían de lo indefendible.
Otro caso que no se logra entender es la cancelación del NAIM en Texcoco pues la simple cancelación costará 145,000 millones de pesos creando un nuevo FOBAPROA. Se van a la basura esos miles de millones de pesos que no construirán nada y por el contrario atrasarán el crecimiento de México desde el turismo hasta en las importaciones y exportaciones. La construcción de ese aeropuerto convertiría a México en la conexión de América con el mundo pues nuestro país se encuentra en una posición geográfica envidiable. El aeropuerto de Texcoco iba a tener una vida útil de 40 o 50 años mientras que el de Santa Lucía solo tendrá de 10 a 15 años.
Otro caso sin sentido es la construcción del tren maya que resulta totalmente inviable pues considerando el costo total, ante un panorama en el que los 365 días del año el tren viajará totalmente lleno, la recuperación de la “inversión” tardará más de 100 años cuando en ese tipo de inversiones la recuperación debe ser en un máximo de 20 años. En la misma situación se encuentra la refinería en Dos bocas Tabasco ya que el petróleo que México produce es de tipo pesado y no es redituable para producir gasolinas como es el caso del petróleo ligero.
Andrés Manuel ha cancelado también los proyectos de producción de energía renovable para regresar a la producción de energía por medio de la quema de carbón en las centrales eléctricas aun cuando tenemos signados tratados internacionales que comprometen al país para disminuir la quema de carbón y diésel en la producción de energía. Pasamos a formar parte de los países que se niegan a avanzar en energías renovables como es China y Estados Unidos. Estos países no han firmado los tratados de Tokio precisamente porque son los países con mayores reservas de carbón junto a Rusia.
Un gran error es otorgar una gran cantidad del presupuesto a proyectos asistencialistas donde prácticamente se está repartiendo dinero a distintos sectores de la sociedad. Este sistema ha demostrado, no solo en México, que no funciona y principalmente que no acaba con la pobreza, sino que la aumenta. Este sistema es meramente clientelar y los únicos beneficiados son los que lo reparten (el gobierno federal) y el partido en el poder (Morena). Hasta la fecha hay ancianos en la Ciudad de México que creen que López Obrador es quien les da su pensión y créanme que eso mismo va a suceder en todo el país.
Algo tremendamente preocupante es lo que está haciendo el gobierno al contratar a personal no capacitado para encargarse de áreas de gran relevancia como es PEMEX, CFE, SEP, Conacyt, entre otros. No puede ser que por el berrinche del presidente se modifiquen reglamentos y leyes para que sus cuates lleguen a cargos donde no cumplen con los requisitos mínimos para llevar a buen puerto las labores de dichas dependencias. Los casos más sonados son Paco Ignacio Taibo II como director del FCE y Ana Gabriela Guevara en la CONADE.
Andrés Manuel López Obrador promete crecer a una tasa de 4% a 6% anual, pero parece que no entiende la magnitud de lo que eso significa. Esto quiere decir que se crecerá a un 4% o 6% en infraestructura como son puertos, aeropuertos, calles, carreteras, telecomunicaciones, energía eléctrica, vivienda, zonas industriales, puente, importaciones, exportaciones, educación, salud, etc. Esto no va a ocurrir mágicamente ni tampoco tomando decisiones dependiendo del humor con el que amanezca el presidente. Es necesario una planeación y un proyecto nacional que a todas luces no lo tiene el presidente actual y su gabinete.
Estamos viviendo en un México de la improvisación, un México donde se toman decisiones tremendamente importantes en las conferencias mañaneras sin ningún tipo de estudio o preparación. Vemos como el presidente y su gabinete se sacan de la manga lo que se hará en tal o cual tema o en tal o cual situación. Promete dar datos, información y que tomará acciones ese mismo día comprometiéndose a informar a más tardar a medio día. ¿Así va a gobernar todo el sexenio?
El peligro más grande es que tiene a millones de seguidores que se dedican a golpetear en las redes a la oposición. Hacen lo mismo que criticaban a los gobiernos anteriores como es el intentar silenciar o censurar a quienes piensan diferente o se manifiestan. Hoy los obradoristas se dedican a organizarse y bloquear cuentas en Facebook y twitter. México no merece un gobierno así ni tampoco merece el hostigamiento, censura y bloqueo del oficialismo.