Nuestro presidente AMLO accedió a tratar su coronavirus con un tratamiento antiviral concebido en el departamento de investigación del Instituto Nacional de Nutrición. El protocolo ha sido aplicado a 120 individuos. AMLO dijo que en ejercicio de su libertad él firmó para que se lo aplicaran. Funcionó y AMLO venció al letal virus. Pero, ya que el mayor daño sucede en el pulmón, el presidente tendrá que continuar en revisión para verificar si los demás órganos fueron en algo afectados y en su caso particular, el corazón, siendo hipertenso. Pero se ve bien, se siente bien, con brío para ir a trabajar para atender a los ciudadanos.
La verdad da mucha flojera leer toda la sarta de invenciones y cuestionamientos, tanta narrativa falaz sobre nuestro sector salud en plena acción. Digo falaz, porque toda la vorágine de emergencia la atribuyen localmente.
Cuando los retos a solucionar son globales, además de locales. Y México ha estado al pie del cañón, el primer país latinoamericano donde llegaron vacunas, porque se gestionaron con premura, con diplomacia profesional.
Pero, seguimos estando a merced de la producción de ésta en otras naciones. Estando el gobierno a la altura, los opinadores conservadores, repito, endilgan los males de la pandemia, los dolorosos decesos, a los servidores públicos encargados de ejercer la estrategia, la logística y la implementación de acciones.
Ahora se está observando que las vacunas no son una garantía absoluta para ganar esta guerra global, hay lugar a dudas en su real o prolongada efectividad.
Pero hoy en nuestro nuevo México al haberse infectado nuestro presidente, da el ejemplo progresista de prestarse a un tratamiento experimental. Admirable. Así como también lo fue el que se formara en la cola para obtener su vacuna. Apoyar la ciencia mexicana y confiar en la capacidad de nuestros investigadores es una de tantas acciones que demuestra el compromiso de la 4T para apoyar al cien por cien la ciencia, la tecnología, el arte y creatividad, pero en directo, sin pasar por otras manos.
Y podría ser, por que no, que habiéndose AMLO tratado por dos semanas y salido curado con este antiviral en etapa experimental, pueda influir esto globalmente para trabajar a fondo en un antiviral efectivo y seguro, lo que sería un gran apoyo para los que cayesen contagiados, antes de lograr la total inmunidad mediante la vacunación.
Esperamos pues que este mismo tratamiento antiviral que curó a AMLO, llegue a la etapa de que pudiese ser utilizado con seguridad por más enfermos globalmente.
Damos bienvenida de regreso a sus labores a nuestro querido presidente.