Siempre he insistido que no es lo mismo Morena que la manifestación Obradorista. Es cierto que el vehículo que movió a la enorme expresión en 2018 fue la concepción de un partido institucional que apareció en la boleta; ahí se depositaron las voluntades, pero, más allá de eso, el encargado de movilizar la aplanadora que salió a votar en las elecciones pasadas, fue el propio presidente López Obrador.
Su efecto empoderó a un partido. Por eso la relación; por añadidura hay un vínculo inherente. Lo que pase con Morena, lo asocian con el presidente, y viceversa. No obstante, Andrés Manuel es más grande en poder político, que la expresión guinda.
Ese capital en términos de base política es inmensamente superior a lo que constituye Morena; por ello el partido depende en gran medida del potencial de AMLO. Muchos siguen dispuestos y motivados a seguir votando por el efecto que provoca la imagen del presidente.
Por eso hay tanto trecho en lo que significa un partido y un movimiento social. En una institución política no todos tienen simpatía; sin embargo, en la manifestación de una corriente ideológica pueden caber muchos. Aunque, comúnmente se asocian, no hay punto de comparación.
Si el jefe del ejecutivo hoy mismo decidiera renunciar a la militancia de Morena, el partido se rompe y debilita. En cambio, si las ganas de seguir adelante en los temas políticos fueran una decisión del presidente, más del 65% de la población camina bajo su liderazgo. Es decir, el pilar o el motor como queramos llamarlo, se sostienen de la enorme popularidad del mandatario.
Él alimenta el momento inmejorable de Morena, así de sencillo. Es cierto, hay que sumarle el desprestigio de la oposición que es inmenso.
Muchos se motivan por esa corriente ideológica si así podemos llamarle. Pero, no solamente de Morena proviene la atracción por el esquema de la Cuarta Transformación. De hecho, Fuerza por México se ha convertido en una plataforma Obradorista.
Y es que, desde su formación, superó tranquilamente las asambleas constitutivas. Nació, y mejor momento de cercanía no podía tener que la del presidente de la República. Gerardo Islas y Pedro Haces, tienen una relación muy sólida con Andrés Manuel. Asimismo, parte de la estructura sindicalista que fortaleció a Fuerza por México han sido buenos aliados.
Pasaron sus primeros meses de gestación del partido Rosa, y aparecieron más gritos y señales. Al llegar la etapa del proceso previo, lograron sumar a Cristóbal Arias en Michoacán, luego del asunto oscuro que atravesó con Morena y la encuesta simulada.
Con ello, el senador con licencia se llevó gran parte de la estructura: todos ellos morenistas y Obradoristas. Al ser una estructura afín al presidente, tomaron la decisión. Hay lazos muy fuertes.
La jornada electoral ha servido para detectar más direcciones. De hecho, la senadora Griselda Valencia de la Mora, ha tenido encuentros con candidatos de Fuerza por México. Asimismo, el propio Ricardo Monreal hizo un recorrido por Zacatecas y se le notó muy cerca de grupos numerosos de FxM.
Tras estos precedentes, tenemos que hacer un análisis serio, y una lectura de lo que se puede venir en un futuro luego de las malas decisiones de Morena. El trato con el presidente y la estructura que acumuló es un hecho que acompañará al mandatario en la elección presidencial del 2024. Serán aliados.
Pero, siendo un partido Obradorista, de ahí puede venir la línea con el propio Ricardo Monreal quien sacaría más provecho de la estructura de Fuerza por México como futuro presidenciable.
Hasta el momento, hay indicios sólidos; pero, Fuerza por México, puede convertirse en la plataforma Obradorista como producto de la nueva corriente del presidente, y a la que han emigrado grupos numerosos desde Morena— ante el desastre interno que mostraron en la designación de candidatos.
Fuerza por México primero tiene una gran tarea, conservar el registro. No hay duda que lo hará; después, además de ganar espacios en el legislativo, serán parte de la gran columna que, en grandes cantidades, ha ido sumando a su causa. Todos esos numerosos seguidores, irán a parar al Obradorismo que desde hoy, muestran su enorme simpatía con sus políticas públicas.