En medio de la contienda interna de Morena para la elección de su próximo dirigente, algunos personajes como Gibrán Ramírez no han cejado en su empeño de desacreditar la legitimidad del actuar del INE y de los propios contendientes de su partido. En ese sentido, me resulta cuestionable que el instituto haya sido responsable de conducir la encuesta, pues se trata de una institución al servicio de todos los mexicanos, y no así de un partido político, mismo si es el partido del presidente López Obrador.

La elección de Morena no sería noticia si no se tratase del partido del presidente de la República, el que tiene mayoría en ambas Cámaras del Congreso, seis gubernaturas y numerosas alcaldías y presidencias municipales a lo largo del país.

Gibrán Ramírez, un joven catedrático de la UNAM, culto, instruido y elocuente, pero a la vez, intolerante hasta la médula, decidió jugárselo todo en una contienda interna protagonizada por titanes morenistas como Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo y Yeidckol Polevnsky.

Mario Delgado es, por su parte, nada más ni nada menos que el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, y por tanto, un alfil insustituible en la negociación de las leyes de la cuarta transformación. Así lo saben López Obrador, Martí Batrés y Ricardo Monreal. El casi nonagenario Muñoz Ledo es eso... Muñoz Ledo, y Yeidckol es una figura inconfundible dentro de la militancia morenista al haber sido la cabeza del partido durante la elección de 2018.

Por el contrario, Gibrán Ramírez, si no fuese por sus pasadas participaciones con Leo Zuckermann en Es la hora de opinar, transmitida por Foro TV, brillaría por su desconocimiento absoluto, ya no únicamente en la población en general, sino dentro de Morena.

En el programa de Televisa, Gibrán se reveló como un como joven profundamente intolerante quien no está dispuesto a moverse una pulgada en su enraizado adoctrinamiento ideológico, mismo frente a argumentos bien consolidados presentados por sus compañeros de debate, tales como otro colaborador de Foro TV, Carlos Bravo Regidor. Con su característico semblante serio que rezuma intransigencia, el joven Ramírez sobrevaloró sus habilidades políticas dentro de un movimiento que ha alcanzado, en poco más de un lustro, el cenit político; un partido que —de acuerdo a los últimos sondeos de opinión— goza de una aceptación generalizada entre la población mexicana de cara a los comicios de 2021.

A reserva de conocer el desenlace de la novela morenista, me aventuro a especular que Gibrán, con su exiguo carisma, no alcanzará posiciones de mediana envergadura en el seno del partido. Para ello, deberá redoblar esfuerzos para presentarse como un morenista más afable y quien sea capaz de transmitir mayores emociones, y no únicamente refunfuños que poco abonan a su ansiada carrera política. En lo que respecta a su intransigencia ideológica, ésa le vendrá bien, pues se trata de … Morena.