En el cierre de la 1era parte de éste análisis prospectivo para SDP noticias nos estábamos por preguntar ¿Por qué? El Presidente Andrés Manuel tiene tan clara la idea de que la gente que así lo quiera y lo deseé con toda el alma: puede organizarse por si sola y solicitar una consulta popular vinculatoria -como bien lo dice el nuevo y reformado articulo 35 constitucional- para preguntarle al pueblo de México: si se debe o no abrir un proceso jurídico desde el Ejecutivo Federal, para intentar llevar a un posterior juicio a los ex presidentes del periodo neoliberal.

Responderemos entonces, que creemos que es por el costo político y de gobernabilidad que representa y tendría el Gobierno de México, al lanzarse por los ex presidentes sin un apoyo -con un mandato legalmente aceptado y respaldado abrumadora y democráticamente por millones de mexicanos- se acrecentaría muchísimo (ese costo y desgaste), y según la visión del propio Presidente Andrés Manuel, pondría en riesgo el avance del proyecto en marcha de la #4T.

Ya que al ir por los ex presidentes sin ese vital respaldo masivo claramente constituido -ya que la soberanía reside esencialmente en el pueblo- y explícito surgido del mandato de las urnas (como un mecanismo de democracia participativa), permitiría a toda la miserable derecha conservadora reagruparse (con absolutamente todos sus integrantes en pie de guerra), para conspirar y lanzarse con todo su poder mediático, económico, financiero, político, golpista y de desestabilización desencadenada: contra la transformación en curso, que en su liderazgo recae en un hombre recto y honesto que despacha -democrática y constitucionalmente- en Palacio Nacional desde hace año y medio.

Y no nos equivoquemos, ya que si bien el Presidente Andrés Manuel llegó al Ejecutivo Federal con una histórica votación de más de 30 millones de votos a su favor (de ciudadanos libres y conscientes), debe quedar claro que por lo menos en las 2 últimas campañas presidenciales, AMLO mencionó en repetidas ocasiones que si llegaba a la Presidencia de la República con los votos de los mexicanos, él no iba a iniciar una persecución unilateral en contra de los ex presidentes, porque no quería (ni quiere) quedarse atrapado en el pasado, él quería una especie de punto final y de ver hacía adelante, aunque claro que había -y hay- heridas abiertas que no se dejarían impunes como la trama de Odebrecht, la múltiple violación de derechos humanos y de desaparición forzada producto de la estúpida guerra de Calderón y también el caso Ayotzinapa entre otros más, es decir, el Presidente no engañó a nadie la sociedad mexicana tanto podía y puede:

1_ Hacer denuncias públicas sobre posibles delitos del pasado así como 2_ Exigir el actuar de las autoridades de justicia que deben responder ante ello, y finalmente de parte de la justicia federal los casos abiertos seguirían investigándose. Así que respecto al 2do punto, la consulta pública es justo la forma legal de exigir justicia ante los crímenes del pasado.

Pero entonces, que quede constancia que el Presidente no quiere estancarse en el pasado (AMLO ha dicho que su fuerte no es la venganza y que no quiere -como recién lo señalamos- mirar atrás, él quiere justicia transicional y ver hacia adelante: con perdón pero sin olvido), la historia -en este caso y otros- será la que juzgue el pasado y el presente, además de que la condena moral al horrible periodo neoliberal bastaría para iniciar un camino del todo nuevo, sin corrupción ni impunidad en adelante, como hasta ahora lo ha demostrado AMLO en el ejercicio de su gestión de gobierno, pero eso sí -y también lo dijo bien el Presidente- como en éste y otros asuntos de importancia decisiva: la última palabra la tendrá el pueblo de México, consciente de todo lo dicho con anterioridad.

Así que lo apuntado pone un peso y reto inmenso para que se pueda llevar a cabo esa consulta pública, ya que se necesitan millones de firmas de puño y letra -y con credencial del INE en la mano- de ciudadanos conscientes e informados que la soliciten y la respalden.

Por ello, para este monumental esfuerzo organizativo y su fin último, realmente no sirve una "firma" electrónica apoyando una petición vía digital. Y también debe quedar claro que tampoco la convocatoria vendrá esta vez del Presidente de la República, sino que deberá venir de la sociedad progresista y organizada e inclusive se debe dar por fuera de las estructuras partidistas que están con una mayoría simple en el Legislativo impulsando la transformación del país.

Entonces, la realidad indica que personajes destacados y comprometidos en libertad con la #4T como por ejemplo Epigmenio Ibarra, John Ackerman, Abraham Mendieta, Gibrán Ramírez y todo el anterior colectivo ¡No más Sangre! Serían quienes tienen la mayor capacidad de convocatoria (no sé si organizativa) para que se lleve a cabo ese ejercicio democrático inédito, por lo cual unir sus voces, plumas y tintas en conjunto con otros medios alternativos de comunicación y con muchos otros personajes públicos -de igual forma a los primeros- progresistas y de moral intachable, se haría vital en este tramo del camino para formar:

Una voz coordinada, fuerte y aglutinadora -quizá convertida en un frente, colectivo, movimiento, organización o asociación- para movilizar miles de voluntades con un objetivo común en mente, cuerpo y alma: recabar más de 3 millones de firmas (de puño y letra y con todos la datos que están en la respectiva credencial del INE del valiente ciudadano o ciudadana que la respalde), para solicitar esa consulta popular vinculatoria (ese derecho ya está contenido en la Constitución desde el año pasado), para que -si la gente así lo decidió una vez realizada la consulta en todo el país- llevar como hemos repetido una y otra vez: a un proceso jurídico que deberá conllevar a posteriori un juicio a los ex presidentes del periodo neoliberal.

Desde luego que llegado el momento -con una extraordinaria organización de por medio para lanzar una convocatoria lo suficientemente amplia- mi apoyo difusivo, mi firma a favor (y las firmas de mi familia) para que se lleve a cabo la deseada consulta: estaría en tiempo y forma, para después ya en la consulta: personalmente votar a favor de que se abra la histórica investigación vs. Los ex presidentes y comience -si así también lo decide la gente en su mayoría -ese largo recorrido procesal, para de una vez por todas determinar -al final de todo el proceso legal, democrático, jurídico y judicial- si los ex presidentes del periodo neoliberal son culpables de destruir a México, y desde luego que no queden impunes por ello; en especial, algunos -o alguno- de los 5 últimos sujetos despreciables que mal gobernaron México entre 1988 y 2018.