Mañaneras como un medio propagandístico electoral

El compañero y camarada presidente Andrés Manuel López Obrador, después de más de dos años de estar al frente del gobierno, con casi 600 conferencias de prensa mañaneras, no ha salido del guión que le impone su publicista de cabecera, Epigmenio Ibarra.

Se supone que las conferencias matutinas son un ejercicio para informar al pueblo de México de las acciones del gobierno, pero hasta ahora, sólo sirven como un medio propagandístico electoral.

El evangélico de ultraderecha

La salida más frecuente del compañero presidente a cada asunto de la agenda pública que debe atender y resolver, es culpar al “neoliberalismo” y a la “corrupción”, conceptos que acompaña con una anécdota, esta última es en parte extraída de los sermones del pastor evangélico, no es más que una breve exposición de incidentes curiosos o entretenidos con un trasfondo moralizante, casi una parábola, quizá por el compromiso que tiene con los evangélicos.

El día de hoy durante su sermón mañanero, la reportera Dalila Escobar de A Tiempo.tv. relató los terribles feminicidios ocurridos en las últimas horas, el de Tulum, otros tres asesinatos y el de una pequeña en el Estado de México.

La reportera preguntó si en lugar de plantear el feminicidio desde la misma perspectiva que se atienden las desigualdades en general en el país, más bien sería replantear para que llegue a la población la idea de que el machismo es una situación estructural que tiene causas muy distintas a las que tienen los demás tipos de desigualdad.

El presidente, que si algo no tiene son argumentos ni su gobierno políticas públicas adecuadas, respondió de acuerdo con lo que el manual de Epigmenio-Goebbels-Rasputín Ibarra le indica, repetir y repetir lo mismo para cualquier tema.

Su primera respuesta, al neoliberalismo:

 “Ayer lo expuse con mucha claridad, que tenemos que combatir la desigualdad, pero entender que, por esa desigualdad en lo económico, en lo social, se generan injusticias y violencia; porque durante el periodo neoliberal no se hablaba de la desigualdad como se debe de concebir en lo general: el que unos cuantos acaparen la riqueza y la inmensa mayoría viva en la pobreza”.

AMLO.

Luego la anécdota: “Esa desigualdad, que viene de lejos, apenas había llegado Humboldt a México a finales del siglo XVIII y ya hablaba de que no había visto un país con tanta desigualdad como el nuestro, usó una palabra que es todavía aplicable, desigualdad monstruosa” … Por eso Morelos, años después, plantea en Los sentimientos a la nación que hay que moderar la indigencia y la opulencia. Y cuando más desigualdad se ha producido en toda la historia es en el periodo neoliberal, de 1983 a 2018… Cuando inicia Salinas su gobierno y empieza a entregar los bienes del pueblo y de la nación a particulares, a sus allegados, esto es en 1988…”

Luego el otro concepto: la corrupción: 

“En nuestro país, el principal problema, y lo puedo probar, ha sido la corrupción, que es lo que ha dado al traste con todo y es la causa principal -la corrupción- de la desigualdad social y de la desigualdad económica, y es por eso por lo queestamos padeciendo de la violencia”.

AMLO.

Por último, la victimización: 

“Entonces, quienes fueron los causantes de esta decadencia… ahora además de querernos culpar, se han convertido en feministas, en ambientalistas, en defensores de los derechos humanos, porque están muy inconformes con el hecho de que nosotros nos hemos dedicado a combatir el principal problema, la corrupción, porque sabemos que sólo purificando la vida pública”.

AMLO.

Al final, no respondió la pregunta, ya sea porque es un machista o porque realmente no tiene capacidad para entender los problemas de la nación. ¿Qué pasaría si en estos momentos las mujeres que impulsan los retos 50+1 le pidieran a AMLO comprometerse, como se lo piden a los candidatos a gobernador?

Este es un ejemplo, pero sirve para ver la estructura de las respuestas repetitivas que usa AMLO al tocar temas trascendentales para la vida del país.

Al hablar del sector energético igual. En su mañanera del viernes pasado ni él ni Bartlett pudieron ofrecer argumentos técnicos, económicos ni legales para defender su propuesta de reforma a la Ley de la industria Eléctrica, la respuesta fue exactamente la misma que la de el feminicidio:

“No había problema, pero en el marco de la política neoliberal -no olvidemos que neoliberalismo en México es sinónimo de corrupción”.

AMLO.

Repitió los argumentos de siempre, privatización, corrupción y entrega de sobornos a legisladores, solo sus dichos, sin pruebas, sin nada más que “la palabra del señor”.

Sobre su plan energético dijo: 

“¿Quieren que les diga, en lo que tardo parado en un solo pie cuál es nuestro plan? Acabar con la corrupción, eso es todo”.

Sin faltar la anécdota y la victimización: 

“Yo recuerdo que cuando nos hicieron un fraude, creo que fue cuando la campaña del 12, en la editorial del El País fue ‘Obrador, un lastre’. Ya para entonces ya existían las redes sociales y me dio tiempo de contestar... Pero ya de inmediato me pude defender, antes no había posibilidad porque se lanzaban, calumniaban, difamaban, agredían, linchaban políticamente y no había manera de defendernos”.

AMLO.

Para cualquiera que analice el contenido de las conferencias mañaneras no será difícil encontrar las mismas respuestas, sin datos ni argumentos verificables, pero que dicen mucho de la forma de gobernar de un presidente vacío y sin ideas.

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