Al menos 600 mil muertos en EU
Muchos recordamos aquél tristemente célebre joven que, cuando la pandemia comenzaba a cobrar cantidades escandalosas de vidas en Asia y Europa, declaró durante el “Spring Break” de 2020 “si me da coronavirus, me dará el coronavirus”, agregando que eso no iba a detener su diversión.
Un año después, Estados Unidos cuenta con el peor brote de la enfermedad a nivel mundial, acercándose a la cifra de 600 mil muertos y con una propagación de la enfermedad que ha alcanzado todos y cada uno de los rincones de su territorio.
Es por esto que es apabullante ver las escenas en Miami Beach y en el centro de Las Vegas, donde multitudes -por mera probabilidad, no todas ellas vacunadas- “festejando” el Spring Break y echando leña al fuego de lo que pueden ser más infecciones y nuevas y más letales variantes del virus.
Con este tipo de acciones, Estados Unidos consolida tres grandes golpes a su ya de por si debilitado prestigio: no haber controlado la pandemia dentro de su territorio; haber seguido enviando decenas de miles de turistas posiblemente infectados con el mortal virus a países como México y acaparar cientos de millones de vacunas más de las que necesitan para la totalidad de su población.
La pandemia, tal como la conocemos ahora, eventualmente terminará. Pero la memoria del pésimo manejo de la misma tanto por el gobierno como por los ciudadanos norteamericanos, persistirá un largo tiempo.