Si habiendo leído la primera parte de este análisis reflexivo en curso algunos aún no creen todo lo largamente mencionado en la propia reflexión, entonces les insto –al igual que lo hizo Epigmenio Ibarra y que recuperamos justo en la primera parte del análisis en marcha– a que hagan el ejercicio exploratorio, primero lean cualquier titular de cualquier nota periodística sobre AMLO o el Gobierno de México y se encontrarán en su mayoría y de forma uniforme con:
Titulares escandalosos y totalmente descontextualizados de la realidad (elaborados deliberadamente con la intensión clara y precisa de dañar –titular amañado tras titular amañado– la percepción de los ciudadanos en contra del actual gobierno progresista del presidente Andrés Manuel), después lean los introductorios de las respectivas notas y los encontrarán alarmistas y deformados (diseñados también para meterle miedo, zozobra e incertidumbre a la gente), a continuación si uno se va a leer la nota dura como tal, hasta ahí es cuando muy pobremente le empiezan a dar algo de contexto a la noticia, pero entonces el daño primario ya está hecho, el impacto inicial de, por ejemplo, leer "esas pocas palabras" de AMLO entremezcladas con otras supuestamente diciendo que ¡sus "amuletos" le bastan para enfrentar el coronavirus! Es destructivo (ese impacto) en términos de percepción ciudadana https://mobile.twitter.com/Hgarciamarin/status/1240363933422231552.
Entonces, todo ello dará el resultado de primera –y quizá de última– impresión, que los dueños de los medios masivos esperan entre sectores con un funcional –para ellos mismos– analfabetismo político a cuestas: que empiecen poco a poco –esos sectores intoxicados– a desaprobar la gestión de gobierno del presidente de México, ello sin ninguna razón de ser, ya que en realidad Andrés Manuel está gobernando bien (desde luego con cosas por corregir pero –que si lo vemos bien– sí que ha estado ajustando en el camino y cada día avanzando más y más), ello con las insignias programáticas de su actual gobierno:
Con los históricos aumentos al salario mínimo para la clase trabajadora; con la inversión social productiva, vía programas universales del bienestar en salud, educación y de apoyo a grupos vulnerables; vía también la necesaria construcción de infraestructura hospitalaria, carretera, de movilidad e interconectividad regional sustentable, de inclusión financiera, de desarrollo agropecuario y de movilidad social rural y urbana, así como de la expansión –ante la actual crisis sanitaria y económica mundial– de créditos productivos otorgados a empresas familiares y a las MiPyMes; es decir, se está gobernando correctamente en favor de las clases bajas y medias del país, ¡casi el 70% de la población mexicana!
Pero al contrario de ello, de parte de sectores medios que como apuntamos antes –poco a poco– los medios masivos oligárquicos empiezan a poner en contra del presidente Andrés Manuel, pueden checar como ejemplo algunos de sus comentarios publicables al pie de las distintas notas amañadas que mencionamos con anterioridad: "AMLO dice puras tonterías", "AMLO está loco", etc. Desde luego eso de parte de gente que es muy fácil de engañar.
Por lo cual, para la gente que no se deja engañar, se tiene que ir directamente al video original –sin edición– del contexto de lo que AMLO dijo, o está diciendo, bajo qué circunstancias, respondiendo a qué pregunta y ver o leer TODA la declaración completa de principio a fin.
Repetimos: hoy casi ningún medio masivo informa de manera veraz y oportuna, así que ustedes que leen este texto puede que hagan esa revisión puntual de lo dicho por el presidente e igual se lo hagan saber a sus conocidos (sería lo óptimamente deseable), pero –para deleite de los medios masivos y sus antiguos y jugosos negocios al amparo del poder público–, ¿ustedes creen que la mayoría de ellos o incluso nosotros mismos siempre en cada uno de los casos lo van y/o vamos hacer así?
¡Es muy difícil que así suceda! Por eso es que –reafirmando– mi recomendación pedagógica inicial, y que pueda ser extensible entre sus propios contactos, es que NO crean absolutamente nada de lo que leen o escuchan de los medios tradicionales (sobre Andrés Manuel y el Gobierno de México), es como generar anticuerpos frente a su amarillismo, sensacionalismo y mentiras abyectas.
Ya que resumiendo: los medios masivos en su mayoría están y estarán cada vez más envilecidos, incluyendo obvio a la mayoría de sus mercenarios del hampa del "periodismo" y demás comentócratas de derecha y conservadores (que son como el 95% de la opinión publicada en México), que están brutalmente predispuestos en contra del presidente y su gobierno democrático, que reiterando, les recortó legalmente sus otrora cuantiosos ingresos otorgados por el anterior régimen oligárquico de oprobio.
Ya que no solamente era dinero para el medio en cuestión, que en algunos casos –aún hoy– es por su alto rating y por qué el gobierno desea comunicar algo importante a la sociedad a través de ellos, sino que también era dinero que iba para comunicadores, columnistas, para dizque influencers, para caciques culturales, y todo ello en detrimento del periodismo libre e independiente del poder político, del poder económico y sobre todo de la influencia de grupos de interés creada para mantener el anterior régimen corrupto, de ganancias ilícitas, de no pagar impuestos de parte de las grandes corporaciones empresariales, de concentración de la riqueza, de poder, influencias y de complicidades entre unas cuantas manos: las suyas.
Además, hay que recalcar que ese recorte que hizo el Gobierno del presidente AMLO, de esos desproporcionados ingresos –sin transparencia ni rendición de cuentas– que recibieron por décadas la mayoría de los medios masivos de parte del anterior régimen de oprobio, desde luego que está fundado (ese recorte) en una óptima racionalidad en el ejercicio del gasto público (en pos del interés general de las grandes mayorías sociales –no sólo de una voraz y rapaz minoría– y con eficiencia redistributiva), y también respetando hasta sus últimas consecuencias la bendita libertad de expresión de esos mismos medios –incluyendo el derecho de replica– a la cual tenemos derecho absolutamente todos los ciudadanos –y hoy más que nunca– en nuestro país.
Así que concluyendo fehacientemente para los sectores conscientes y también para los que siguen teniendo capacidad de discernimiento: hay que tener calma, cierto aplomo y resiliencia ante notas catastrofistas de los medios masivos de difamación, para lo cual hay que informarse adecuadamente (obviamente NO con Reforma, El Universal, Excélsior, El Financiero, El Economista y compañía, que han perdido –dada su insultante falta de las más mínima y fundamental ética periodística– toda credibilidad y confiabilidad), todo ello para que de verdad se pueda emitir una opinión o juicio certero y reflexivo.
Y finalmente todo esto hay que insistirselo una y otra vez a nuestros propios y razonables círculos sociales. Queda en nosotros hacerlo así, estar siempre del lado correcto de la historia, con la conciencia tranquila y a favor de las mejores causas transformadoras –para bien– de este país.