El jefe Diego los definió perfectamente como “Chiquillada” y es que son partidos que no buscan ganar presidencias municipales, gubernaturas y mucho menos la presidencia de la república. Ellos prefieren tener espacios dentro de los gobiernos, representantes que van desde regidores hasta senadores. Aunque muchos crean que estos partidos son relativamente nuevos me temo que no es así.
El primero en usarlos fue el PRI, ese partido hegemónico que gobernó México por 71 años. Creo partidos políticos para crear una pantalla democrática en las elecciones tanto en el país como en el extranjero principalmente para tener el aval y consentimiento de Estados Unidos. El PRI a lo largo de sus 90 años ha creado un sinfín de partidos tanto de derecha, izquierda y de centro. Por ejemplo, el PARM, PPS, PT, Convergencia, PVEM, Fuerza Ciudadana y el más reciente es el de Encuentro Social.
Actualmente permanecen el PT, PVEM, Encuentro Social, Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano. Este último desde el 2012 ha participado en las elecciones sin ir aliado con nadie y al parecer eso va a continuar en 2018.
Hay semejanzas con tres de los cinco partidos antes mencionados. El PT, Partido Verde y Movimiento Ciudadano son partidos familiares que han sido manejados por los mismos dirigentes desde su fundación. En el caso del PT es Alberto Anaya a nivel nacional y se replica en los estados, el Partido Verde de la familia González Martínez quienes venden sus franquicias estatales a quien esté dispuesto a pagar la cuota y tenga la capacidad de exprimirlo al máximo. Movimiento Ciudadano también es una franquicia y el dueño de ese partido es Dante Delgado.
El Partido Encuentro Social es de derecha democristiana evangélica que tiene lazos con todas las iglesias o sectas cristianas no católicas. Y finalmente está Nueva Alianza que fue creado por Elba Esther Gordillo la ex lideresa del poderoso sindicato de maestros el SNTE que, aunque ella ya no sea la líder del SNTE y se encuentre en prisión sigue teniendo mucha fuerza tanto en el partido como en el sindicato.
Estos partidos llenan los bolsillos a muchos dirigentes nacionales, estatales y municipales, reparten y venden las candidaturas al igual que se venden al que ofrezca la mejor tajada del pastel en una alianza. No tienen lealtad hacia ningún partido grande ya que podemos ver por ejemplo a Encuentro Social aliado con el PAN-PRD en Nayarit contra el PRI y a la vez ir con el PRI contra el PAN y el PRD en el Estado de México.
Estos partidos no ofrecen cualquier cosa. Algunos de ellos aportan 2 o 3% y otros entre 5 y 6% y en los últimos años las elecciones se ganan por un margen muy pequeño. También aportan los recursos que reciben de las prerrogativas.
Pongamos de ejemplo la elección en el Estado de México donde tomaremos la encuesta que pone al candidato del PRI-PVEM-PANAL-PES y a la candidata de Morena con empate. Si el PRI no hubiera hecho alianza en estos momentos estaría varios puntos atrás de su contrincante. El PVEM quizá les dé un 3%, Nueva Alianza otro 3% y Encuentro Social 2%. Estamos hablando de 8 puntos que de no tenerlos el PRI ya estaría dando por perdida la elección aun antes de la votación.
Partidos como el PT y Encuentro Social serían capaces de auto sabotearse en caso de estar ganando algún municipio relativamente importante ya que para ellos significaría un problema porque estos partidos no se dedican a formar cuadros y solo se esfuerzan por tener el mínimo de estructura, de militancia y de gastos operativos. Solo buscan ganar municipios en algunos Estados donde tienen una presencia importante.
Les agradezco el tomarse el tiempo de leer mi columna y les invito a dejar sus comentarios.