Reducción del 29% en su presupuesto. Cierre de oficinas estratégicas para promover al sector agro-industrial-alimentario mexicano. Desalojo de oficinas en China, Japón, Canadá, Francia, Uruguay, y también en las consejerías agrícolas de Singapur, Emiratos Arabes, Guatemala, Estados Unidos y Bélgica.

Esto sucede a pesar de que dicho sector es de los pocos que crece en rangos del 3%, según el mismo PIB, en medio de la caída en picada de la economía nacional.

Señores, ahí viene la tormenta perfecta y de eso, en seguida les platico:

Está bien que se quiera apoyar a los pequeños agricultores, pero una cosa bien distinta es creer que la solución alimentaria de México son los programas de “producción para el bienestar”, “precios de garantía”, “crédito ganadero a la palabra”, “fertilizantes”, “Liconsa” y “Diconsa”, manejados desde un nuevo organismo federal por Ignacio Ovalle, quien fuera Secretario de la Presidencia en el gobierno de Echeverría.

Un México así solo existe en el alucinado presupuesto emanado del Palacio Nacional para el 2020.

Esos programas clientelares que buscan votos más que bienestar, se están llevando el 72% del presupuesto federal destinado a la actividad agro-industrial-alimentaria del País.

¿Qué hace con esto la “4ª Transformación”? Desmantelar la agricultura comercial, industrial, tecnológica y generadora de millones de empleos.

El 8 de febrero, la IP firmó con el presidente el “pacto de la autosuficiencia alimentaria”, reconociéndolo como un pilar del desarrollo.

Las empresas privadas respondieron al llamado de López Obrador y el sector agro-industrial-alimentario ha crecido un 3.6% en el primer semestre del 2019, rompiendo récord con más de $7,000 millones de dólares en superávit de exportaciones contra importaciones, para un total de $19,000 millones de dólares de venta de productos mexicanos al exterior en el mismo período.

Con todo esto, no entiendo por qué la “4a Transformación” le está dando la espalda y un revés a la agricultura comercial y condenando al País a perder su status fitozzosanitario, a exportar menos, a ser un sector menos competitivo en el mundo y como consecuencia de todo esto, a ser más dependientes del extranjero en materia de alimentos.

En apoyos a comercialización, de $6,700 millones el gobierno federal presupuestó para el 2019 un 98% menos, esto es, nomás $129 millones.

La partida para sanidad e inocuidad alimentaria se redujo en un 10%; los programas de concurrencia a los estados, de $2,000 millones, pasan a cero el año siguiente. Programas de estímulo a la actividad pesquera y acuícola, de $1,000 millones, lo dejan en $300 millones, 67% menos.

El fomento a la agricultura mediante investigación, innovación, desarrollo, capitalización y mejoramiento productivo del suelo se va en el 2020 a $100 millones de pesos, cuando antes era de $2,700 millones, un 96% de reducción.

Además, los programas de financiamiento como financiera nacional de desarrollo, de $438 millones de pesos los mandan a cero; el fideicomiso del FIRA que operaban $243 millones de pesos, en el 2020 tendrá cero.

El fondo de capitalización e inversión rural, el FOCIR, también fue eliminado, lo cual encarece el acceso al crédito para los industriales del ramo y los hace menos competitivos.

Todo esto equivale a un desmantelamiento del sector agro-alimentario mexicano, que tiene el 14% de los empleos formales de México, que registrará a finales de este año un superávit de $9,000 millones de dólares y que registra una de las tasas de crecimiento más altas del mundo: El 13%.

Se trata de uno de los segmentos económicos más sanos y rentables del País y aún así, está recibiendo un trato presupuestal de 5ª por parte de la “4ª Transformación”.

El tema del cuidado de lo que México importa, relacionado a inocuidad y sanidad, va muy mal, porque el último recorte fue de 200 inspectores en aeropuertos, aduanas, franjas fronterizas, lo cual pone en riesgo al País ante la peste porcina africana, la moscanet, la gripe aviar, entre otras.

México es uno de los primeros cinco países más reconocidos del mundo por tener menos plagas y enfermedades y el presupuesto para el 2021 va a debilitar al País en ese sentido, con todos los riesgos que eso implica para la salud de los mexicanos.

De hecho, hasta antes de este recorte presupuestal, la sanidad animal es un patrimonio nacional que costó decenas de años construir. El riesgo es que esto se acabe de un plumazo, al no contar el sector, con presupuesto suficiente para mantener los avances que se han logrado.

Si el Congreso de la Unión avala el presupuesto federal con todos estos recortes, la preocupación no solo será nacional, sino mundial, por la conexión que tienen los productos agro industriales de México con cientos de países.

Con este lamentable presupuesto, seremos menos competitivos, con un acceso muy restringido al mercado exterior, una disminución en la producción nacional, más importaciones, más pobreza y menos oportunidades para los jóvenes.

Ante todo esto, la “4aT” debe respaldar a un sector que ha hecho su tarea; que tiene el 26% de la población y en el campo al 60% de la pobreza nacional.

Claro, hay qué apoyar a los pequeños agricultores, que históricamente han estado desprotegidos, pero el régimen no puede ayudarlos a ellos dándoles el 72% del presupuesto federal, a costa de acabar con la agricultura comercial e industrial, cuyos proyectos medianos y grandes están siendo abandonados por el gobierno.

Eso provocará un freno de proyectos, un incremento y depreciación de la cartera de crédito y en general, son malas noticias porque si los programas clientelares siguen su curso en detrimento del apoyo presupuestal que requiere este sector, eso nos hará un País más débil y más dependiente alimentariamente.

En febrero, López Obrador les dijo a los agroindustriales mexicanos que su sector es prioritario para el desarrollo del País. Seis meses después, la señal que les están enviando desde Palacio Nacional es totalmente lo contrario.

 

Consulté para este artículo al Consejo Nacional Agropecuario y al INEGI. Mañana le seguimos.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.