Si bien hacer una consulta popular para modificar la reforma educativa de 2013 es políticamente correcto, no pienso que sea la mejor manera de definir el rumbo del país en materia educativa, ya que habrá miles de voces distintas que apunten en direcciones opuestas. Finalmente, el gobierno de AMLO tendrá que inclinarse por aquellas propuestas con las que MORENA simpatiza más.

Sin embargo, sí creo que el nuevo gobierno puede aprender en “cabeza ajena”, analizando los éxitos y fracasos de otros países en la materia. Con esto en mente, hago un breve resumen de lo que para algunos expertos ha sido el pilar del éxito educativo de Japón, país que ha mostrado tener uno de los mejores sistemas educativos del mundo. Los diez puntos clave de su éxito son los siguientes:

1) Tiene un currículo nacional, que el Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, elabora en colaboración con profesores universitarios y con el Consejo Central de Educación.

2)    La legislación educativa es muy estable y duradera: la Ley Fundamental de Educación es de 1947, la cual se revisó por primera ocasión en 2006 y por segunda ocasión en 2013.

3)   Los niños inician su educación obligatoria a los 6 años de edad y la terminan a los 15, aunque la gran mayoría la continúa hasta los 18 años. El Ministerio de Educación decide qué libros de texto se aprueban para cada nivel y, desde 1963, se distribuyen a los colegios gratuitamente.

4) Además de asignaturas tradicionales, los alumnos cursan materias adicionales --como economía doméstica y artes tradicionales-- y se educan en formación de valores. Se considera esencial que los alumnos desarrollen una conducta cooperativa, disciplina de grupo y respeto a las normas.

5)   Para los japoneses el ESFUERZO es la clave del éxito en la vida de una persona, por lo que desde muy pequeños se fomenta la cultura de la meritocracia. La competitividad entre los estudiantes es alta, especialmente cuando se trata de acceder a las mejores escuelas a través de exámenes de ingreso.

6   El currículo japonés es muy exigente en cuanto a sus contenidos y objetivos de aprendizaje. Además, se busca que el alumno no se limite a memorizar información o seguir rutinas, sino que comprenda a fondo los conocimientos, para que puedan solucionar problemas.

7)     A la escuela no solo se va a estudiar, además, los alumnos deben colaborar en diversas tareas comunitarias, como limpiar el plantel y servir comidas. La escuela también organiza una multitud de actividades complementarias, tales como: torneos deportivos, excursiones, clubes de música, arte, ciencia, ajedrez, etc.

8)   Independientemente del nivel escolar, todos los alumnos tienen que hacer tareas escolares diariamente. El número de horas de clase es similar al de otros países, pero se invierte mucho tiempo en actividades extraescolares, clases de refuerzo y horas de estudio. Además, las vacaciones son más cortas que en la mayoría de los países. Aún durante las vacaciones, los estudiantes tienen la obligación de realizar proyectos de su elección.

9)   Antiguamente, los profesores procedían de la clase Samurai y tenían un alto prestigio social, el cual continúan manteniendo, a pesar de que la educación ya no es elitista. La docencia es una profesión muy bien pagada y competida, por lo que sólo los aspirantes más aptos y mejor preparados ingresan al sistema educativo. Los profesores tienen una exigente y excelente preparación profesional; además tienen la obligación de formarse continuamente y renovar su certificado profesional cada diez años.

10)  El trabajo en equipo se estimula en el aula. Los alumnos destacados ayudan a sus compañeros menos aventajados, por lo que el docente puede mayor tiempo a los estudiantes con problemas de aprendizaje. Además, los padres tienen la responsabilidad de apoyar la educación de sus hijos en casa y recurrir a ayuda profesional cuando sea necesario. El fracaso de un estudiante se considera también un fracaso del entorno familiar.

El decálogo antes expuesto (http://www.aulaplaneta.com) nos da una idea de por qué los estudiantes japoneses destacan en el ámbito internacional y por qué la ciencia, la tecnología y la industria niponas son de las más avanzadas del mundo. Sin bien, no todas, algunas de las características del sistema educativo japonés pueden ayudar al nuevo gobierno mexicano a orientar las políticas educativas que impulsará en los próximos años. Esperemos que nuestras autoridades sean lo suficientemente inteligentes para “aprender en cabeza ajena” y no se pongan a inventar el hilo negro de la educación.

El autor es  Presidente del Consejo Educativo de Métrica Educativa, AC

 y Ex presidente de la Junta de Gobierno del INEE