El convulso rumbo de la democracia en Venezuela atendió al llamado del presidente Nicolás Maduro para participar en las elecciones parlamentarias que le dieron el triunfo mayoritario a su partido y aliados, dejando en cuestionamiento la legitimidad del ejercicio con un 80% de abstencionismo que en parte, atendió el llamado del mandatario Juan Guaidó para no salir a votar y desconocer así al régimen.

Sin embargo, una parte considerable de ese país decidió no salir a votar por la pandemia de COVID19 que les tiene sumidos en una dura crisis de salud en la que los mínimos números de prueba les arrojan 100 mil contagiados máximo, cifra envidiable que cualquier país preferiría.

Los resultados no fueron sorprendentes pues además de ser una elección para elegir a integrantes del parlamento, es sabido que como fenómeno electoral, en países de tradiciones presidencialistas son esos momentos los de alta participación, dejando a los votos duros o asegurados lo demás. El asunto es que mientras los más apasionados mexicanos han calificado el ejercicio venezolano como legítimo y popular, triunfo del chavismo, es urgente moderar los ánimos intervencionistas y relajar también, las fiebres post-revolucionarias.

No había condiciones para que el oficialismo perdiera: presentaron a sus candidatos a través de Gran Polo Patriótico (GPP) Simón Bolívar, compuesto por nueve organizaciones políticas. La mayor apuesta se hizo en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), del fallecido Hugo Chávez. Los opositores que pudieron ser una agrupación clara, no tuvieron capacidad alternativa tan aplastante para remover al régimen. Recordemos que en el caso mexicano, el régimen de impunidad y corrupción cayó con una mayoría aplastante.

Quienes simpatizan con el triunfo democrático mexicano y con Andrés Manuel no pueden celebrar que en Venezuela, triunfaran las alternativas de Maduro en un contexto en el que no compitieron todos los que son, ni se midieron todos los que están:Según los medios locales, desde septiembre, 37 partidos autodenominados como oposición, donde se encuentra el grupo del G4 que es considerado el más fuerte, acordaron no participar en estas elecciones por considerarla un “fraude”.

Los resultados preliminares son el triunfo aplastante del Gran Polo Patriótico (GPP), quienes ganaron las elecciones para la Asamblea Nacional de Venezuela con el 67,6 % de los votos emitidos, al 82,35 % de las mesas contadas según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Únicamente el 31% del padrón electoral participó en el ejercicio y hacia el 12 de diciembre se espera una Asamblea Alternativa convocada por Guaidó. Mientras tanto, la mejor actitud de los acelerados mexicanos y uno que otro funcionario tendría que ser la prudencia: el pueblo quita, el pueblo pone, el pueblo manda y el pueblo habla.