Podemos dedicarnos el tiempo que queramos discutiendo la gran cantidad de problemas por los que atraviesa nuestro país, los motivos por los cuales no crece nuestra economía, el por qué avanza a paso lento nuestro nivel educativo, lo que necesitamos hacer para evitar la fuga de cerebros hacia países que les ofrecen mayores oportunidades de desarrollo, las razones por las cuales las minorías se la ven negras para que se les reconozcan sus derechos y mucho más.
La razón principal está en nosotros, en la manera cómo vivimos, nos comportamos y la manera tan nefasta en como tomamos decisiones realmente importantes como son las elecciones. Votamos con el hígado y no con el cerebro, nos dejamos engañar con propuestas que son inviables y nos encantamos por líderes marrulleros que solo nos dicen lo que queremos escuchar.
Sí, podemos escudarnos en que el PRI por más de 70 años nos aplicó la “dictadura perfecta” según Enrique Krauze, aun cuando el PRI mal que bien construyó la gran mayoría de instituciones e infraestructura de la que gozamos actualmente. ¿O acaso creen que los aeropuertos, puertos, carreteras, autopistas, servicios públicos, universidades y hospitales se construyeron solos? ¿O qué decir de las reformas que permitieron la democratización del país y más adelante la alternancia en el ejecutivo federal?
¿Por qué no señalamos también al PAN que se fundó tan solo diez años después que el PRI y por más de 60 años tomo el papel de eterna oposición? Una posición muy cómoda pues se dedicaron solo a señalar lo nefasto que era el gobierno en todos los niveles, en todas sus instituciones, en todos sus órganos y dentro del mismo partido.
El PAN por décadas se dedicó a victimizarse y a perder elecciones.
Durante los 70 años del priato hubo otros partidos fabricados por el mismo PRI para simular una competencia en las elecciones. Entre esos partidos estaba el Partido Popular Socialista (PPS), que se construyó con el fin de mantener a los izquierdistas a raya al igual que con el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). Estos partidos en varias ocasiones llevaron como candidatos presidenciales a los del partido oficialista.
El verdadero cambio se empezó a dar a partir de que se le dio el registro oficial (antes era un partido clandestino) al Partido Comunista Mexicano (PCM) que en 1981 pasó a ser Partido Socialista Unificado de México (PSUM) en 1987 Partido Mexicano Socialista (PMS) y finalmente en 1989 Partido de la Revolución Democrática (PRD). Esto gracias a la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y cientos de militantes del PRI que conformaban la corriente democrática.
Bajo la figura de Cárdenas una gran cantidad de partidos políticos, organizaciones civiles, organizaciones clandestinas, sindicatos y miles de militantes del PRI se organizaron para hacer frente al candidato oficial, Carlos Salinas de Gortari. Fue con la izquierda cuando se empezó a luchar por una vida democrática en el país y realmente rindieron frutos acelerando los cambios que México necesitaba.
Eso lo vio perfectamente Carlos Salinas mientras era presidente de México y por ello tomó dos grandes decisiones, la primera era eliminar y/o desaparecer a la oposición de izquierda que a diferencia del PAN se organizaban y luchaban por ocupar cargos de elección popular y lo segundo fue fundar un partido de izquierda que pulverizara el voto de izquierda, este fue el Partido del Trabajo manejado por su amigo de la universidad Alberto Anaya dotándolo de recursos para su subsistencia cediéndole los CENDIS.
Fueron los movimientos de izquierda los que permitieran un crecimiento de la oposición a nivel nacional. Sin embargo, aun con la alternancia, con pesos y contrapesos, con estados gobernados por distintos partidos, no vemos muchos cambios en el país. Esto es debido a que la política se volvió más vulgar que la de antes ya que ahora podemos ver a un candidato compitiendo por un cargo por el PRI, después lo vemos como candidato del PAN por otro cargo y así sucesivamente.
Hemos permitido nosotros como ciudadanos que sean los partidos políticos quienes nos digan qué elegir del menú, pues ya no existe el interés por formar nuevos políticos, no vemos nuevos rostros, no vemos una alternancia a nivel partido político. Lo peor de todo es que ellos andan por la vida como si nada velando por sus propios intereses, por los intereses de su grupo y a lo mucho por los de su partido.
Hoy por hoy la situación es distinta gracias al internet y a las redes sociales que nos permiten informarnos de la situación de lo que sucede en todo el país en cuestión de segundos, como sociedad podemos hacer la tarea que los partidos ya no quieren hacer que es ser contrapesos. Lo que hace falta es más organización. Debemos entender que ningún instituto político se salva de corrupción y que nosotros debemos tenemos que re democratizarlos, que vuelvan a ser instrumentos de la ciudadanía y no para unos cuantos que se han beneficiado de ellos.