Ya se vio que en la Liga MX no pueden con la chamba de armar una doble cartelera como se hace en los Estados Unidos. Y es que la “jornada doble” vivida en el Estadio Azteca con los partidos del Cruz Azul y Club América demostró que no se tienen estadios ni organización de primer mundo, como luego pregonan los dirigentes.

Para empezar, hay que decir que los boletos para esta doble jornada no se vendieron juntos como marcaría la lógica, pues la decisión de jugar el Club América ante Atlas fue tomada de última hora. Es por ello que quienes acudieran al partido del Cruz Azul frente a Santos y quisieran quedarse al siguiente show deberían pagar otro boleto.

Pero la falta de información institucional y la ya tradicional falta de capacidad de la seguridad privada provocaron que muchos aficionados fueran discriminados en plena CDMX, la cual se plantea como una entidad muy incluyente y progresista.

Vayamos por partes: a la seguridad privada se le ocurrió la grandísima idea de no dejar pasar al partido del Cruz Azul contra Atlas a aquellos fans que trajeran alguna prenda alusiva al América. Por ello se observó a muchos fans desesperados tratando de conseguir un suéter o una chamarra para no enseñar el código postal.

Aunque cada quien es libre de vestir como sea y se supone que en el Estadio Azteca no se discrimina por ningún motivo, los aficionados americanistas no pudieron pasar a las tribunas con los gustos al descubierto. Es más, algunos resignados y sedientos se lanzaron a los bares cercanos para seguir las acciones del partido para el cual tenían entradas.

Lo peor es que la conducta discriminatoria ocurrida en los accesos del Azteca, que en tres años será sede Mundialista, no llamó la atención ni de las autoridades del inmueble ni de las de la delegación Coyoacán, seguramente más preocupadas por las campañas y sus números en las urnas.

Al más puro estilo de Vicente Fox y su célebre “comes y te vas” a Fidel Castro, la seguridad barrió a los aficionados cementeros para darle entrada más tarde a los del América. Pero, claro, algunos ya entrados en cervezas ni se enteraron que la permanencia voluntaria tenía costo, por lo que fueron invitados a retirarse.

Eso sí, de las risas se pasó al enojo y varios opusieron resistencia desatando una violencia excesiva por parte de los elementos de la SSC, que a punta de garrotazos y leperadas los sacaron del Azteca, dejando en evidencia la falta de criterio de los policías para afrontar una situación en la que los fans eran los menos culpables.

Que grande les quedó el paquete de la doble cartelera, esas grandes ideas y soluciones de la Liga MX solo evidencian su incapacidad para operarlas.

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