Avatar 2: El Camino del Agua llega tras 13 años del estreno de la primera película de la saga, una obra que hasta el día de hoy resulta controversial para muchos.
Y es que más allá del logro técnico y visual que era, la Avatar original fue acusada de tener un guion flojo, cliché y que se robaba cosas de otras obras.
Incluso entre fans del mundo geek, se ha discutido por años si tiene un valor en la cultura contemporánea, pues en realidad la película era poco recordada en su mayoría.
Ante todo esto queda la pregunta, ¿Avatar: El Camino del Agua tiene para superar toda la polémica de la primera o se queda en otro producto que no aporta nada fuera de lo visual?
¿De qué trata Avatar 2: El Camino del Agua?
Avatar: El Camino del Agua nos pone varios años después de la guerra entre humanos y Na’vi; ahora Jake Sully y Neytiri viven en paz como líderes de los Omiticaya, además de haber formado una familia.
Pandora ahora esta en una especie de alianza con la humanidad, la cual ha perdurado debido al mutuo entendimiento entre las dos comunidades.
Sin embargo, el regreso de los “hombres de las estrellas”, obliga a Sully y su familia a abandonar a los Omiticaya para refugiarse con los Metkayina, que dominan los mares.
Ahora en este nuevo “hogar”, la familia deberá de encontrar un nuevo significado a eso que los mantenía unidos; además de hacerle frente a la nueva amenaza liderada por un viejo conocido.
Avatar 2 tiene una historia más elaborada, ya no da la impresión que James Cameron se robó pedazos de obras ya establecidas, aunque tampoco es revolucionaria.
La trama de la familia refugiada que pelea por su derecho a existir es algo que también ya se ha contado, además de que repite temas de la primera, como el de los “extranjeros que no son aceptados en el clan nativo”.
Sin embargo, el director logra meterte de lleno en el mundo de Pandora, introduciendo nuevos personajes; aunque el conflicto se puede tambalear un poco por esa necesidad de recurrir a personajes del pasado.
Hablando de los protagonistas, hay que destacar las actuaciones de actores y actrices de los Na’vi, pues aunque estos son generados en CGI, el elenco tuvo que realizar gran parte de las escenas para la captura de movimiento.
Incluso las secuencias submarinas requirieron del cast; algo que demuestra su compromiso con la obra y la manera en que James Cameron armó el filme.
Pero esto no salva a Avatar 2: El Camino del Agua de cometer un gran error en su narrativa, y es que el director te quiere contar mucho, pero de manera contradictoria, no acaba por avanzar en nada.
Esto con la excusa de que se está vendiendo una saga de 5 películas, si quieres ver cómo evolucionan los protagonistas estás obligado a ver el resto de secuelas.
Lo cual afecta el ritmo de la película, que llega a estancarse en la parte central, donde son pocos lo desarrollos que se llegan a completar (de hecho sólo la historia del hijo de Sully y Neytiri se siente bien realizada), dejando muchas tramas abiertas.
Aunque El Camino del Agua logra una mejora en su guion con respecto a la primera Avatar, la obsesión de James Cameron por contar su historia en un desarrollo de varias entregas, no lo deja avanzar del todo.
Esto no es realmente un segundo capítulo de una gran historia, es la introducción (o reintroducción) a una obra que apenas va empezando como tal, a pesar de tener dos partes; de ahí que se sienta inconclusa en varios frentes.
Avatar 2: El Camino del Agua sobresale por sus efectos
Si algo no podemos negar de Avatar 2 es que es un portento en los efectos especiales; nuevamente James Cameron se pone a la vanguardia.
En un mundo donde parece que se quiere invertir lo menos en el apartado visual, el director sobrepasa todo el promedio con su obra.
Avatar 2: El Camino del Agua no tiene defectos estéticos por donde se mire, es perfecta en toda su construcción.
Los movimientos de los Na’vi son fluidos, sus rostros son expresivos, su fisonomía está totalmente detallada, e incluso cosas como las heridas, suciedad y rastros de agua son identificables.
Y no son sólo ellos, todo Pandora luce colorido, las tomas acuáticas son impresionantes, incluso las criaturas son en cierta forma verosímiles; es decir, que te da la impresión que podrían ser reales.
Aún más, James Cameron logra revivir al ya agonizante 3D en las películas comerciales, un formato que jamás supo ser explotado y que poco a poco ha sido dejado de lado.
En Avatar 2: El Camino del Agua el director vuelve a demostrar cómo es que se debe de hacer una película en 3D, logrando un mayor realce visual y una inmersión con el espectador.
Todo aderezado con una gran banda sonora y una mezcla de sonido que te meten de lleno a la película; por lo menos de manera sensorial.
Qué tan bien lo habrá hecho James Cameron en este apartado, que incluso en sus más de 3 horas de duración, lo visual nunca te deja de sorprender en Avatar: El Camino del Agua.
De hecho creemos que será la gran calidad de los efectos lo que mantendrá a la gente atenta en todo el metraje de la obra, más allá de su historia.
Lo único “malo” es que el 3D podría molestar a algunas personas, ya que no es formato amigable, y en cierto momento llega a molestar y cansar a la vista, sin mencionar lo incómodos que son los lentes.
¿Vale la pena Avatar 2: El Camino del Agua?
Si eres de los que pensaste que Avatar era sólo una versión de Pocahontas con personajes que parecen Pitufos gigantes, entonces Avatar 2 no es para ti.
Aunque mejora en su narración con cambios puntuales, El Camino del Agua no es una historia que te vaya a volar la cabeza; sigue patrones y clichés de manera evidente.
Gran parte de esto se debe a que James Cameron prefirió enfocarse nuevamente en lo visual a desarrollar una trama dinámica, soltando muchos hilos que (tal vez) acaben de amarrar en las próximas entregas, pero que en esta se sienten innecesarios.
Ahora que si lo tuyo es puramente visual, ten por seguro que Avatar 2: El Camino del Agua te dejará satisfecho, pues es una golosina para los sentidos.
Sin lugar a dudas es la película con mejores efectos visuales y sonoros de los últimos años; es muy posible que sólo Avatar 3 la pueda superar.
Si Avatar 2 tuviera una hora menos en su metraje, así como un desarrollo más puntual, no dudamos de que sería el gran blockbuster del año.
Lamentablemente se queda apenas por arriba de lo que fue su polémica entrega original.