Erin Falati, enfermera especialista en adicciones y salud mental, declaró que durante el tiempo que atendió a Amber Heard (entre 2014 y 2015) registró problemas de celos y ansiedad por parte de la actriz, en torno a la fama de Johnny Depp.
Asimismo, fue testigo de los sentimientos de “inseguridad y celos” de Amber por la “capacidad de interactuar con mujeres” de Depp.
La enfermera informó que Amber Heard tenía “arrebatos de ira” y crisis suicidas; “no estaba a salvo, insistía en que se quería quitar la vida”, dice.
“El cliente admite antecedentes de ansiedad, trastorno alimentario, trastorno por déficit de atención, trastorno bipolar, problemas de codependencia e insomnio ocasional”
Erin Falati, enfermera.
Al respecto, relató un episodio en el que la actriz parecía “irritable, ruidosa y enojada”, además de que constantemente “gritaba y parecía agitada”.
Sobre la codependencia que sufriría Amber Heard, dijo que recuerda haber discutido esto con ella, pero no es capaz de recordar los detalles.
Lo cierto es que después del viaje a Australia donde presuntamente Heard le habría cortado el dedo a Johnny Depp, el doctor David Kipper, con quien trabajó y quien dio testimonio anteriormente, le impidió verlo pues era evidente que su dinámica de pareja era peligrosa.
“Quiero que por favor no lo vea por unos días”
David Kipper a Amber Heard.
Amber Heard también es adicta al alcohol y la cocaína
Erin Falati, enfermera especialista en adicciones y salud mental, testificó que durante el tiempo que atendió a Amber Heard (entre 2014 y 2015), fue testigo de su adicción al alcohol y la cocaína.
Esto es relevante porque a lo largo del juicio, la defensa de la actriz ha atacado severamente las adicciones de Johnny Depp, en un intento de que el jurado no tome enserio la palabra de alguien que pudo haber estado bajo los afectos de dichas sustancias.
“El cliente admite abuso de sustancias, incluida una adicción a la cocaína y al alcohol”
Erin Falati, enfermera.
Asimismo, Falati informó que Amber Heard bebía de una a tres copas de vino tinto al día, además de que encontró que sus padres abusaban de estimulantes, opiáceos y alcohol.
“El cliente admite antecedentes de ansiedad, trastorno alimentario, trastorno por déficit de atención, trastorno bipolar, problemas de codependencia e insomnio ocasional”, se agrega en las notas.