Harry Styles, de 28 años de edad, es sin duda alguna uno de los artistas capaces de llenar estadios enteros, haciendo que los boletos para verlo en vivo se agoten en cuestión de minutos.
Ahora es el turno de los fans de México el de tener la oportunidad de poder asistir a uno de los conciertos que ofrece Harry Styles. Por desgracia, muchos se quedan con las ganas, y todo porque no logran conseguir algún boleto.
Esto provoca que los fanáticos empiecen a buscar boletos desesperadamente para lograr adquirir uno o dos con mucha suerte, recurriendo incluso a revendedores.
Todas estas molestias con tal de lograr ver en vivo y a todo color al aclamado Harry Styles, aunque sea desde una grada lejana.
¿Todavía es posible encontrar boletos para Harry Styles en México?
Como la esperanza es lo último que muere, fanáticos de Harry Styles en México empezaron a compartir en Twitter que se habían liberado boletos para los conciertos restantes en el Foro Sol.
De acuerdo con las capturas de pantalla que empezaron a compartir los fanáticos desde Ticketmaster, se habrían abierto fechas para dos fechas: 24 y 25 de noviembre.
La euforia del aviso fue prácticamente instantánea, pues varios afortunados empezaron a comentar que habían logrado conseguir boletos.
Aunque por otra parte, muchos fanáticos se quedaron con las ganas de poder ir al concierto en México de Harry Styles. ya que nuevamente no habían alcanzado boleto.
Y si todavía se especula de que se pueden abrir más lugares, lo cierto es que en la página oficial de Ticketmaster para adquirir los boletos para Harry Styles ya aparecen como agotados.
Boletos para Harry Styles resultaron ser falsos
Los boletos para Harry Styles en México se agotan tan rápido, que los fans prefieren recurrir a revendedores que quedarse con las ganas de asistir al show.
El problema con esta práctica es que se corre el riesgo de hacer tratos con un estafador. Tal fue el caso para el concierto de Harry Styles en la Arena Monterrey.
Pues resulta que más de 100 personas fueron estafadas al adquirir su boleto con revendedores. Esto se supo al momento de querer entrar al recinto, pues cuando el código de barras de algunos boletos era leído no podían ser reconocidos.