Manola Díez (49 años) culpó a Roberto Tello (54 años) de golpearla e insultarla durante una acalorada pelea en el Hotel VIP.

El nuevo episodio de Hotel VIP trajo consigo un nuevo estallido en cólera de Manola Díez, quien esta vez se volcó en contra de Roberto Tello por no saber perder.

El actor tuvo el desatino de intentar ayudar a Manola Díez a superar un reto, lo que le valió recibir terribles insultos e incluso acusaciones de ser violento contra su colegaen el Hotel VIP.

Hotel VIP

Manola Díez le grita terribles insultos a Roberto Tello; él la encara y se desata el Apocalipsis

Después de que Pee Wee (34 años) y Ligia Uriarte (31 años) ayudaron a Manola Díez a superar la prueba, todos se retiraron al vestidor con la actriz insultando a Roberto Tello durante todo el camino.

“Pinche pendejo”, “mierda”, “culero”, fueron los adjetivos que Manola Díez le lanzó al actor, quien intentó guardar la calma.

Pero, como Manola Díez no dejaba de insultarlo, con palabras cada vez más altisonantes y señalándolo insistentemente con la mano, Roberto Tello perdió el control.

Fue así que terminó encarando a Manola Diez y por un momento intentó hacerla bajar la mano para que dejara de señalarlo.

Hotel VIP

Manola Díez acusa a Roberto Tello de golpearla e insultarla, luego le dice “hijo de puta”

“¡No me toques, no me toques!, comenzó a gritar Manola Díez como loca, mientras corría intentando esconderse del enfurecido Roberto Tello, quien le exigía respetarlo.

Entonces, Manola Díez comenzó a acusar al actor de haberla golpeado, de aventarle agua en la cara y a quejarse de que le había dicho estúpida.

Esto, sin mencionar que instantes antes ella le gritó a Roberto Tello, ‘El Coreano’: “hijo de puta″.

Manola Díez corrió de inmediato en busca de Roberto Palazuelos, conductor de Hotel VIP y exigió a la producción intervenir en la situación.

En tanto, sus compañeros afirmaron que Roberto Tello nunca la golpeó y coincidieron en que lo mejor sería provocar la salida de Manola Díez.

Luego de su exabrupto, Manola Díez fue llevada a una zona de contención, donde una psicóloga le ayudó a tranquilizarse