Martina García Cruz, integrante de la cuarta generación de artesanos de telar de cintura en la región del Valle del Mezquital, en Hidalgo, presume sus bordados como legado artesanal del estado.
Desde los 12 años, la artesana de origen hñahñú pasaba horas perfeccionando la técnica de sus puntadas, al paso de los hilares, con coloridas figuras asomaban por el bastidor.
Mientras el mecapal tensaba el enjulio de los hilos en la urdimbre, donde la lanzadera, o bobina, atravesaba el tejido apretado con el machete, gracias a la destreza con la cual bordaba.
Presumen bordados de Martina García Cruz como legado artesanal de Hidalgo
Hoy, los bordados de Martina García Cruz se presumen en el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonarte), así como en la tienda de artesanías de Hidalgo (Hidarte).
Sus obras han dado la vuelta al mundo, y, recientemente, el aporte tanto de sus bordados como de sus conocimientos fue reconocido por Dior.
Y por el ramo empresarial, en una ceremonia encabezada por Carlos Slim Helú y Mercedes Sánchez Navarro, donde se le otorgó el premio “Kaluz, Patrimonio y Cultura”.
Los bordados de Martina García Cruz fueron exhibidos en El Vaticano también.
“Bordar es mi pasión, es mi vida y es un pilar fundamental en la identidad del pueblo hñahñú”.
Martina García Cruz, orgullosa artesana de Hidalgo
¿Qué sigue para los bordados de Martina García Cruz?
Tras 70 años de crear bordados en el telar de cintura, Martina García Cruz de 82, ha tomado una pausa en el oficio por prescripción médica, pues padece dolores de cadera.
Aunque explicó durante su exposición en la Feria San Francisco Pachuca Hidalgo 2023 que actualmente trabaja con sus hijos, la nueva generación de bordadores.
Martina García Cruz conserva la humildad y la modestia con la que empezó a bordar el legado cultural cuya maestría radica en la interconexión de hilos de algodón e incluso de ixtle.