El punto de encuentro más conocido por los mexicanos, el Ángel de la Independencia, lleva 64 años de pie, imponente y majestuoso sobre Paseo de la Reforma.
Sólo un sismo lo tumbó durante la madrugada del 28 de julio de 1957, cuando los 7.8 grados con epicentro en Acapulco, Guerrero, le arrancaron la cabeza al Ángel de la Independencia.
Los trabajos de recuperación tomaron tiempo, pero finalmente, el 24 de julio de 1958 la estatua regresó al monumento y fue colocada parte por parte. Desde entonces, permanece intacto.
¿De qué está hecho el Ángel de la Independencia?
Por su apariencia solemne, se ha dicho mucho que el Ángel de la Independencia está hecho de oro sólido; sin embargo, no es así.
La columna, que en realidad es una Victoria Alada, está bañada en oro de 24 kilates, pues en realidad fue hecha con bronce, pesa aproximadamente 7 mil kilos y sólo la escultura de la parte superior mide 6.7 metros.
En el Ángel de la Independencia descansan los restos de algunos de los héroes de la Independencia de México, o por lo menos a los que les son atribuidos, como:
- Juan Aldama
- Ignacio Allende
- Nicolás Bravo
- Vicente Guerrero
- Miguel Hidalgo y Costilla
- José Mariano Jiménez
- Mariano Matamoros
- Francisco Javier Mina
- José María Morelos y Pavón
- Andrés Quintana Roo
- Leona Vicario
- Guadalupe Victoria
- Víctor Rosales
- Pedro Romero
¿Ángel de la Independencia o Victoria Alada?
Ya sea en manifestaciones o festejos, el llamado Ángel de la Independencia ha sido testigo del nacimiento de múltiples historias, colectivas o individuales.
Sin embargo, desde hace años sufre una crisis de identidad, pues se trata en realidad de una Victoria Alada de Samotracia, la diosa griega de la victoria.
Fue elegida especialmente para representar la liberación de México ante el yugo español de 300 años y edificada en 1902 bajo órdenes de Porfirio Díaz para conmemorar el primer centenario de la Independencia de nuestro país.
Tras el sismo, la Victoria Alada fue restaurada, pero la cabeza original conducida en 1986 al Archivo Histórico de la Ciudad de México y colocada en su entrada.
Fueron los trabajos de recuperación los que el 24 de julio de 1958, cuando la estatua regresó al monumento, parieron al Ángel de la Independencia, como finalmente se dio a conocer.