Si no sabes lo que es el sexo de mantenimiento, no te preocupes; aquí te aclaramos los detalles de la práctica que hace que las relaciones a largo plazo funcionen.
En definitiva, el sexo es una de las prácticas fundamentales dentro de toda relación de pareja; pues ayuda a seguir experimentando esa intimidad y contacto físico.
Y si bien el sexo no lo es todo dentro de una relación, es importante mantener de alguna forma esa cercanía con aquella persona especial.
Por lo que es recomendable mantener relaciones sexuales cada tanto para el funcionamiento de la relación. Es así que te presentamos el sexo de mantenimiento.
¿Qué es el sexo de mantenimiento y cómo aplicarlo en una relación a largo plazo?
Si llevas una relación que ya se considera de largo plazo, tal vez quieras anotar lo que es el sexo de mantenimiento y cómo aplicarlo en tu vida en pareja.
De seguro has notado que suele haber ocaciones en las que una de las partes de la pareja no siente el mismo nivel de deseo sexual.
Y aunque esto no es algo malo o indicio de que la relación se está terminando, es normal que dentro de la pareja empecemos a prestar atención a otras cosas que no sean sexo.
Sin embargo, se recomienda entablar relaciones sexuales con tu pareja incluso si no tienes ganas o no estás lo suficientemente excitado(a).
Ojo, esto no significa que vas a presionar o a sentirte presionado(a) por tu pareja al momento de tener sexo, sino todo lo contrario.
La idea del sexo de mantenimiento es la de encontrar un equilibrio en el que ambas partes de la relación se sientan plenas y satisfechas sexualmente.
El sexo de mantenimiento y su función en relaciones a largo plazo
El equilibrio que busca el sexo de mantenimiento en las relaciones a largo plazo, es precisamente el de lidiar con el desequilibrio de nivel sexual dentro de la pareja.
Esto para lograr mantener una relación y un deseo sexual saludable, por lo que se tienen que llegar a acuerdos y compromisos dentro de la pareja, sexualmente hablando.
De esta manera, el sexo de mantenimiento ayudará a que la persona que no tenga ganas se sienta acosada o presionada.
Y que la parte que si quiere no se sienta apenada o poco deseada.
Para esto se deben tener en cuenta los niveles de deseo sexual de cada parte de la relación.
Pues solo de esta manera será posible cumplir expectativas realistas dentro del sexo; es decir, sexo de mantenimiento.