Una madre y un bebé murieron abrazados tras el derrumbe en un acantilado de Tibau do Sul, Brasil. Las víctimas se encontraban en la playa de Pipa pasando un fin de semana en familia cuando inesperadamente parte del acantilado se vino abajo, sepultándolos.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Urbanismo (SEMURB) de la Municipalidad de Tibau do Sul, un inspector de la zona habría alertado a la familia y a otras personas acerca de un posible derrumbe y del peligro de encontrarse tan cerca del acantilado, pero al parecer pensaron que no pasaría nada y permanecieron paseando por allí.
"Cavamos hasta encontrar al padre, y luego encontramos a la madre y al bebé. El niño aún respiraba. Casualmente, en ese momento pasaba un médico que intentó revivirlo pero no hubo forma", cuenta Igor Caetano da Silva, un empresario local que presenció el accidente y ayudó en las labores de auxilio.
Otros testigos apuntan que corrieron a auxiliarlos cavando en la arena con el temor de que cayeran más partes del acantilado. Dicen que hallaron a la madre abrazando al bebé, como si hubiera querido protegerlo. Las víctimas eran Hugo Mendes Pereira, de 32 años; su esposa Stela Silva de Souza, de 33; y su bebé, de siete meses.
{username} (@em_com) November 17, 2020
De momento, el Ministerio Público Federal abrió una investigación para determinar las causas del accidente y evaluar la adopción de medidas de emergencia eficaces para garantizar al seguridad de quienes frecuentan el sitio.
Apenas el pasado octubre del 2019, el cuerpo de una madre abrazada a su bebé fue encontrado en el fondo del Mediterráneo, junto a otros 12 cadáveres recuperados luego de que una embarcación se hundiera frente a las costas de Lampedusa, Italia. El lamentable hecho ocurrió el pasado 7 de octubre cuando 50 personas viajaban a bordo y sólo 22 fueron rescatados.