México.- Una mujer de Reino Unido mató a su vecino, acusado de pedofilia, por haber abusado sexualmente de su hijo de 12 años y otros 2 menores de edad, en 2014, y reveló los motivos este 26 de julio de 2021.

Sarah Sands, madre soltera de 38 años de edad, mató a su vecino Michael Peasted, de 77 años, quien abusó de su hijo de 12 años de edad anteriormente.

Sarah reveló que mató a su vecino porque dañó a su hijo, pese a que le depositaron su confianza.

“Hice lo que cualquier madre haría porque le hizo esto a mi hijo Bradley, a mi pequeño”.

Sarah Sands

Sarah mató a pedófilo por abusar de su hijo

La madre indicó que Michael, sujeto que abusó de su hijo, era muy querido en su comunidad, por ello dejó que su hijo trabajara con él en un centro comunitario. No había razones para desconfiar, confesó.

Sin embargo, al tiempo el sujeto abusó sexualmente de su hijo. El menor de edad renunció y vivió cambios de ánimo, que levantaron las alertas de su madre. Al final el joven confesó a su mamá lo que le había pasado.

Sarah llamó a la policía y le recomendaron mudarse, a lo que accedió. Sin embargo, después de haber tomado un día, fue a la casa de su vecino, con un cuchillo, y lo atacó en 5 ocasiones, matándolo.

Antes de cometer el crimen la madre abordó al vecino y le pidió entregarse ante las autoridades. El sujeto se río y negó todo, diciendo que sólo querían arruinarle la vida. Por eso lo atacó y forcejearon. Luego la mujer se entregó.

La mamá dijo que no creía ser capaz del acto, pero dijo sentirse aliviada de que Michael ya no podrá dañar a ningún niño más.

“No soy una mala persona pero sé que hice algo malo. No lo niego y merezco el castigo que recibí. No volvería a matar, no me veo como asesina, pero no me arrepiento de lo que hice. Era una madre desesperada por proteger a mis hijos”.

Al momento de su muerte, Michael era investigado por las autoridades de Canning Town, Reino Unido. Pese a esto permanecía libre, y vivía en su casa que estaba muy cerca de una escuela y un parque.

Durante 30 años el sujeto acumuló denuncias de conductas inapropiadas en contra de menores de edad. A pesar de ello se le permitió vivir muy cerca de niños, sólo necesitó cambiar su identidad.

Por el incidente a Sarah le condenaron a 7 años y medio de prisión. Ahora está libre, vive con su hijo de 19 años y está por escribir un libro.