La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) atrajo el caso de Juana Hilda, una de las personas sentenciadas por el secuestro del hijo de Isabel Miranda de Wallace, Hugo Alberto.

Con 4 votos a favor y uno en contra, la Primera Sala de la SCJN aceptó atraer el análisis del amparo directo 34/2021, promovido por Juana Hilda González Lomelí, quien fue sentenciada a 78 años en prisión por el secuestro de Hugo Alberto Wallace.

Juana Hilda está presa desde enero de 2006 junto con otras personas por el caso Wallace y fue hasta abril de 2011 sentenciada a 78 años y nueve meses de prisión por los delitos de:

  • privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro
  • delincuencia organizada
  • portación de armas de fuego
  • cartuchos de uso exclusivo del Ejército

Fue la primera de los seis acusados del secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace en ser detenida en 2006, luego de que confesó su participación en los hechos bajo tortura y dio los nombres de sus presuntos cómplices.

¿Qué dice el proyecto de Juana Hilda atraído por la SCJN?

El proyecto para revisar el amparo promovido por Juana Hilda fue realizado por la ministra Margarita Ríos Farjat, luego de que el caso fue tomado por el Instituto Federal de la Defensoría Pública (IFDF), que depende del Consejo de la Judicatura Federal (CJF).

Denuncian que Juana Hilda fue víctima de tortura sexual y psicológica para declararse culpable, sin embargo, tras conocer la decisión de la SCJN, la activista Isabel Miranda de Wallace acusó al Máximo Tribunal de “corrupción”.

“Tal como lo anuncié todo estaba ‘PACTADO’. La SCJN atrae el caso de mi hijo. Con complicidad de Margarita Ríos Farjat, Arturo Zaldívar corrompe la justicia”.

Isabel Miranda de Wallace

Vale la pena recordar que el caso Wallace se refiere al secuestro ocurrido en 2005 de Hugo Alberto Wallace Miranda, el hijo de Isabel Miranda de Wallace, quien señaló públicamente a un banda del secuestro y asesinato de Hugo Alberto.

Sin embargo, este caso generó algunas polémicas por presuntas irregularidades en la investigación como la exhibición de los rostros de quienes serían los responsables señalándolos como secuestradores, pese a que no existían pruebas en su contra.

La versión ha sido cuestionada porque algunos acusados han denunciado que declararon bajo tortura.