El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha restado importancia al impacto de la huelga en el sector automotriz en Estados Unidos en la actividad económica de México.

A pesar de algunas retenciones en la frontera de Texas que alentan el tránsito de mercancías, AMLO asegura que no existe una gran preocupación al respecto.

Más de 10,000 trabajadores estadounidenses de cinco plantas de montaje se encuentran en huelga desde septiembre, llevando a cabo un movimiento sin precedentes contra los gigantes automotrices sindicados: General Motors, Ford y Stellantis.

Esta huelga se desencadenó después de que los fabricantes no cumplieran con las demandas del sindicato, que buscaba recuperar beneficios perdidos hace más de una década, cuando estas empresas estaban al borde de la quiebra.

El impacto en México

La Industria Nacional de Autopartes (INA), que representa a las empresas proveedoras de los fabricantes de automóviles en México, estima que el impacto económico de estas huelgas en Estados Unidos equivale a 412 millones de dólares. Aunque esta cifra se considera “menor” en el contexto de la economía mexicana, podría tener un efecto más significativo si la huelga se prolonga.

En las dos primeras semanas de huelga en Estados Unidos, la producción automotriz en México experimentó una ligera desaceleración. Sin embargo, hasta el momento, no se ha registrado un impacto significativo. La INA está monitoreando de cerca las manifestaciones para evaluar cómo evolucionan y si se extienden a más plantas en el futuro.

Fortalezas de la industria mexicana

La industria automotriz mexicana cuenta con varios factores a su favor. Armando Cortés, director general de la INA, destaca la alta diversificación de las plantas afectadas, que representan solo el 16% de su cartera. Además, la demanda rezagada de automóviles desde Estados Unidos está contribuyendo al impulso económico del sector en México.

Cortés también rechaza la idea de que los trabajadores en México se contagien del espíritu de huelga y busquen paralizar su actividad en busca de mejoras laborales. Según él, la estabilidad del sector y la favorable situación económica actual son argumentos suficientes para disuadir un posible efecto dominó en la industria mexicana.

A pesar de la huelga en el sector automotriz de Estados Unidos, México parece haber sorteado los impactos económicos más graves. La diversificación de la industria y la demanda constante de automóviles desde Estados Unidos han actuado como factores de estabilidad. Sin embargo, se mantendrá la vigilancia sobre la evolución de la huelga en Estados Unidos y su posible influencia en la industria automotriz mexicana en el futuro.