Jeremy Clarkson, el conductor reconocido por su personalidad franca y su amor por los autos, ha sido una figura prominente en la televisión durante décadas. A sus 63 años, sigue siendo un personaje que no deja a nadie indiferente.
Recientemente, en una entrevista con el Sunday Times, el presentador compartió sus pensamientos sobre diversos temas, desde su relación con sus colegas hasta su experiencia como granjero.
Clarkson ha anunciado que dejará “The Grand Tour”, el programa que lo mantuvo en el foco de los entusiastas del motor tras su salida de “Top Gear”. A pesar de su partida, su presencia en la televisión no disminuirá, ya que continúa como anfitrión de “Who Wants to Be a Millionaire?” y gestiona su granja, la cual es el centro de su serie “Clarkson’s Farm”.
Jeremy Clarkson, siempre tan sincero
La entrevista revela a un Clarkson reflexivo, que admite estar “inapropiado, gordo y viejo”, pero que aún así mantiene ocho trabajos a tiempo completo. Habla con sinceridad sobre su vida, sus controversias y su pasión por la agricultura, un giro inesperado para alguien que se ha ganado la vida en el asfalto.
Clarkson, siempre directo, también aborda temas personales, como el efecto que tuvo el acoso escolar en su formación como persona y su relación con sus co-presentadores. A pesar de los rumores, asegura que la relación con James May no es de odio, sino todo lo contrario.
Jeremy Clarkson y su opinión de los autos eléctricos
Sobre su opinión de los autos eléctricos, que hoy en día están siendo más populares en diversas partes del mundo, el presentador mencionó lo siguiente: “Un auto eléctrico no es diferente a un congelador o un horno microondas. No hay glamour ni emoción, al manejarlos”.
Sin duda, esta perspectiva podría surgir de la idea de que los automóviles eléctricos, con sus motores silenciosos y centrados en la eficiencia y la sostenibilidad, priorizan la practicidad sobre las experiencias sensoriales de sonido y potencia que los entusiastas suelen asociar con los vehículos de alto rendimiento.
Sin embargo, esta visión no tiene en cuenta los avances en la tecnología de los vehículos eléctricos que mejoran continuamente su rendimiento, su dinámica de conducción y su atractivo general para un público más amplio.