Atrás quedaron los tiempos de simplicidad en la industria automotriz europea: los autos provenían principalmente de Europa, con esporádicas incursiones japonesas.
Pero el panorama ha cambiado. Ahora, China ha irrumpido en el mercado con fuerza, amenazando la hegemonía europea. Cada vez son más los centros de producción europeos que cierran, como la reciente eliminación de la producción del Audi Q8 eléctrico en Vorst, Bélgica. La producción se traslada a China, destino de la mayoría de los vehículos eléctricos que se fabrican.
Las cifras son contundentes: en 2011, Europa producía casi un tercio de los autos del mundo, mientras que China sólo superaba el 20%, principalmente para su mercado local.
La situación actual de la industria automotriz europea
Hoy, la situación se ha invertido: China produce más del 34% de los autos del mundo, mientras que Europa ha bajado al 19%. Además, el país asiático es el mayor exportador de vehículos del mundo.
Más de 13 millones de empleos en Europa dependen de la industria automotriz, no solo en las fábricas de autos, sino también en proveedores como empresas metalúrgicas y de caucho. Así que la disminución de la producción en Europa tendría un impacto económico considerable.
El futuro de la industria automotriz europea
¿Qué hacer ante esta situación? Los gobernantes europeos se enfrentan a un desafío: ¿intervenir con aranceles a los autos chinos o reducir impuestos a los modelos europeos? ¿O tal vez los europeos deberían unirse y rechazar los autos chinos, optando por productos europeos?
El futuro de la industria automotriz europea está en juego. La respuesta a la “invasión china” determinará si Europa puede mantener su posición en este mercado global tan competitivo.