Aunque no lo parezca, manejar de manera constante con la reserva del tanque de gasolina no es la mejor idea, ya que además de aumentar la probabilidad de quedar varado, puede ocasionar averías en el automóvil.
En primer lugar, el ir con la reserva del tanque es sumamente peligroso, ya que en caso de quedar sin gasolina el vehículo queda varado, siendo esto un riesgo potencial de un accidente al quedar a mitad de camino.
A esto hay que sumar la pérdida de tiempo y/o dinero qué significa resolver esta situación, pues se tendrá que conseguir gasolina en la estación más cercana o bien pagar el servicio de una grúa.
Entre los problemas más destacables de manejar con la reserva del tanque de gasolina se encuentran:
- Daños a la bomba de gasolina
- Contaminación del sistema de combustible
- Reducción de la eficiencia del combustible
- Aumento del consumo de gasolina
A continuación te explicamos estos 4 aspectos negativos de manejar con la reserva del tanque de gasolina.
¿Qué problemas pueden surgir al manejar con la reserva?
Desde el punto de vista de averías, el andar constantemente con la reserva del tanque puede dañar la bomba de gasolina.
Este componente está sumergido en combustible, lo que ayuda a mantenerla fría. Cuando el nivel es bajo, esta autoparte puede sobrecalentarse y dañarse.
Otra razón por la que no es bueno manejar así, es que puede contaminar el sistema de combustible. Cuando el nivel de gasolina es bajo en el tanque, las partículas de suciedad y escombros pueden entrar en los conductos y contaminarlo.
Esto puede causar severos problemas con el motor, mismos que se ven reflejados en la pérdida de potencia y rendimiento.
A lo anterior, hay que sumar que al conducir con poca gasolina, se puede reducir la eficiencia del combustible. Cuando el tanque está vacío, el motor tiene que trabajar más para bombear la gasolina, lo que se ve reflejado en un aumento en el consumo.
¿Cómo evitar los problemas ocasionados por manejar con la reserva del tanque de gasolina? Toma nota
Para evitar estos problemas, lo ideal es llenar el tanque de gasolina con regularidad.
Una buena regla general es ir a la gasolinera cuando el medidor esté a la mitad. Esto asegurará que la bomba de gasolina esté bien sumergida y que el sistema de combustible esté limpio.