√ Múgica es Claudia, dijo ayer Salvador García Soto en El Universal.
√ Múgica es Claudia, dice hoy Jorge Zepeda Paterson en Milenio.
√ ¿Quién sería Ávila Camacho? Marcelo, desde luego.
¿Múgica, Ávila Camacho, Claudia, Marcelo? El presidente López Obrador ha narrado varias veces la historia de la sucesión de Lázaro Cárdenas. Cito el discurso de AMLO del pasado sábado:
- La expropiación petrolera, “aunque no afectaba de manera directa a intereses privados nacionales, sirvió para aglutinar todo el descontento de los grupos conservadores contrarios a la política agraria, laboral y educativa del general Cárdenas”.
- “En este ambiente se funda, el 17 de septiembre de 1939, el Partido Acción Nacional, que nace criticando la expropiación petrolera”.
- Al final del gobierno de Cárdenas, “toda esta reacción se manifestó con mucha fuerza en la elección presidencial”.
- Era tan fuerte la oposición de derecha “que el general Cárdenas tuvo que actuar con cautela y posiblemente eso influyó para que apoyara la candidatura de Manuel Ávila Camacho y no la del general Francisco J. Múgica, con quien tenía más afinidad ideológica y el cual representaba una mayor certeza de continuidad y profundizar la política social y nacionalista”.
- La elección presidencial fue violenta, ganó Ávila Camacho y “empresarios y políticos de derecha, se entendieron y pactaron por concesiones y prebendas con el nuevo gobierno”.
- Se abandonó con Ávil Camacho “el auténtico ideal revolucionario y las acciones en beneficio del pueblo”.
- Se evitó una guerra civil con “esa alianza entre el poder político y el poder económico”, pero se instauró en México “la paz de las componendas y de la corrupción”.
- ¿La enseñanza de esa historia? “Que solo con el pueblo, solo con el apoyo de las mayorías se puede llevar a cabo una transformación popular para hacer valer la justicia y enfrentar a los reaccionarios que se oponen a perder privilegios”.
- ¿Conclusión? “Nada de zigzaguear, sigamos anclados en nuestros principios, reafirmemos la decisión y el rumbo que hemos tomado desde que inició el gobierno. No a las medias tintas. No aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y el empobrecimiento de las mayorías”.
En La Jornada, Julio Astillero Hernández sostiene que “resultaría complicado identificar a personajes políticos actuales, que estén en competencia por la candidatura presidencial de 2024 desde el partido en el poder, con quienes lo hicieron en 1940, cuando el derechista Manuel Ávila Camacho quedó como abanderado final y el izquierdista radical Francisco J. Múgica fue excluido”.
Astillero Hernández no afirma con toda claridad que Claudia es Múgica y Marcelo es Ávila Camacho, pero entrevistó a una historiadora, Anna Ribera Carbó, autora del libro Francisco J. Múgica, el presidente que no tuvimos. La especialista dijo al periodista de La Jornada que sí hay algo ocurrido hace 80 años y que se repite ahora: “Sectores de la derecha muy fuertes manifestándose contra la continuación de un proceso de transformación radical del país, de una transformación en un sentido social”.
En Excélsior, Pascal Beltrán del Río cuenta que entrevistó al historiador Javier Garciadiego Dantán. Este apunta que AMLO no cuenta las cosas como sucedieron, sino “como a él le hubiera gustado que sucedieran”. ¿Esto qué significa?
- Que “el presidente Cárdenas no se equivocó”. No favoreció a Múgica porque este “hubiera sido un mal candidato”.
- Nade de presiones de la derecha. Ávila Camacho era mejor candidato, y ya, dice el historiador mencionado por el director editorial de Excélsior.
¿Sugieren Javier Garciadiego Dantán y Pascal Beltrán del Río que Marcelo (Ávila Camacho) es mejor candidato que Claudia (Múgica)? Creo que esa es la intención del historiador y el periodista.
En las mismas está Jorge Fernández Menéndez, también colaborador de Excélsior: “Lázaro Cárdenas decidió bien en su sucesión” al marginar al candidato izquierdista y favorecer al derechista. ¿Apoya Fernández Menéndez a Marcelo Ávila Camacho porque a él, al columnista, no le gusta Claudia Múgica? Me parece que sí, que este periodista en su análisis se ha dejado llevar por sus preferencias personales.
Ya había encuestas en 1940
Pero creo que un presidente tan avanzado como Lázaro Cárdenas no conocía su existencia o, si estaba enterado del nuevo instrumento para medir preferencias electorales, no consideró que debía utilizarlo.
Se equivocó uno de los mejores presidentes de la historia de México. Por compleja que hubiese sido en 1940 la demografía de nuestro país, pudo haber contratado a un tal George Horace Gallup, quien cuatro años antes pronosticó la victoria de Franklin D. Roosevelt.
El mundo se sorprendió porque Gallup hizo su pronóstico con una pequeña muestra. Y es que, más o menos al mismo tiempo, Literary Digest había sostenido, con base en una muestra de 2.3 millones de electores, que el republicano Alf Landon iba a derrotar aplastantemente a Roosevelt.
Para sostener que Ávila Camacho era mejor candidato que Múgica —como sostienen el historiador entrevistado por el director de Excélsior y un columnista de ese periódico— no basta con las reflexiones de los historiadores.
La verdad de las cosas, ni Lázaro Cárdenas sabía quién era mejor candidato. Habría necesitado de una encuesta para comprenderlo, y pudo haberla tenido —habría bastado con contratar los servicios de George Gallup—, pero no lo hizo.
El general Cárdenas, entonces, solo hizo cálculos políticos. Los que sintetiza la historiadora citada por Julio Hernández en La Jornada: “Sectores de la derecha muy fuertes manifestándose contra la continuación de un proceso de transformación radical del país, de una transformación en un sentido social”.
¿Quién sería Múgica en el México de hoy gobernado, como en el periodo de Cárdenas, por un presidente de izquierda? Evidentemente Múgica es Claudia Sheinbaum, la más identificada con las causas izquierdistas en el equipo de AMLO.
¿Quién sería en la actualidad Ávila Camacho? Sin duda Marcelo Ebrard, tan cercano a grupos empresariales de México y Estados Unidos.
La gran diferencia entre Cárdenas y AMLO es que este conoce y respeta las encuestas. Habrá encuesta, entonces. La gente decidirá entre Claudia Múgica y Marcelo Ávila Camacho. Evidentemente a López Obrador le gustaría que fuera ella. Lo dice con buen tino analítico Zepeda Paterson en Milenio:
- “Para efectos prácticos Andrés Manuel López Obrador reveló este fin de semana, ante un Zócalo lleno, quién será su sucesor el próximo sexenio. En la descripción de su relevo solo habría faltado la proyección de la silueta de una mujer con un peinado de coleta”.
- “La diferencia del dedazo tradicional, en el que los mandatarios indicaban el nombre del candidato oficial, el liderazgo de López Obrador entre las mayorías es tal, que se asume que estas se inclinarán por aquella figura que sea percibida como la favorita del presidente. De allí la relevancia del pronunciamiento de este sábado, al hacer un retrato hablado de Claudia Sheinbaum”.
- “Lo demás es simplemente dejarlo correr para que las inercias de la cargada hagan el resto”.
No sé si sea por las inercias de la cargada —en lo personal pienso que es el resultado del buen trabajo—, pero si AMLO quiere que sea candidata Claudia Múgica, puede estar tranquilo: las encuestas, todas, la ubican a ella como la líder en la contienda.
De hecho, a Marcelo Ávila Camacho parece estarlo presionando en las mediciones de preferencias electorales otro Múgica de la 4T, Gerardo Fernández Noroña, quien está muy lejos de Sheinbaum pero que, si sigue avanzando, podría quitarle a Ebrard el segundo lugar.
Queda claro que el pueblo de México no quiere otro Ávila Camacho, el presidente con el que nació la gran corrupción del priismo, que continuó con el panismo y que si la 4T no elimina será una terrible decepción.