Taparle los ojos o quitarle el apelativo a alguien tan famoso como Jaime Heliodoro “N” en poco abona a proteger su identidad. Todo el estado y el país saben de quién se trata a la hora de leer las noticias en torno al proceso que libra el infortunado ex gobernador.
Me parece una hipocresía de quienes escribieron las leyes de prensa que los periodistas tengamos que tapar el sol con un dedo en estos casos, cuando el indiciado es alguien muy muy conocido que ni tapándole el cuerpo completo va a pasar desapercibido… Sin embargo, esa es la ley y hay que atenernos a ella.
Tal y como nos tenemos que atener a eufemismos como decir que “unos migrantes fueron rescatados” cuando se sabe que a esos pobres no los “rescata” nadie, sino que más bien los detienen, y así detenidos, a veces tras largos procesos que rayan en lo inhumano, se les deporta.
Pero insisto, esa es la ley y hay que atenernos a ella y defenderla.
La misma ley que debemos de respetar en caso de que “el Bronco” sea hallado culpable y sea condenado por un juez.
Lo que le hicieron a Jaime Heliodoro “N” en el Penal de Apodaca, requiere de una enérgica reacción por parte de la autoridad.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León, que preside la doctora Olga Susana Méndez Arellano ya abrió una carpeta de investigación.
La Administración Penitenciaria de Nuevo León, que en teoría depende de Aldo Fasci, secretario de Seguridad Pública del Estado, tiene que explicar primero quién tomó las fotos del ex mandatario capturado, y luego quién se las pasó a “toooooooooooodos” los medios de comunicación del mundo y la mundera.
Ahora sí que, haiga sido como haiga sido, aunque Jaime Heliodoro “N” no nos caiga, lo que le hicieron al publicar su rostro demacrado a la hora de ser procesado en su detención, son chicanadas, por no decir que chingaderas.
Y si el gobernador Samuel García quiere presumir que en el “nuevo Nuevo León” impera el estado de derecho debe meter orden e imponer una sanción a quien ordenó y ejecutó la filtración.
Obed Campos en Twitter: @obedc