Por El Pordiosero
El futuro del país está en las manos de los jóvenes, a los que debe dárseles oportunidad de adquirir experiencia en el quehacer político a fin de que estén preparados adecuadamente para el momento de tomar decisiones. En Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México, Bárbara González, con sólo 33 años de edad se apresta a convertirse en candidata de Morena a la presidencia municipal.
El reto que enfrenta es mayúsculo, pero, afirma, no es imposible de alcanzar. Primero deberá ganar la encuesta que le permita garantizar la candidatura para, enseguida, buscar ganar ese estratégico municipio hoy gobernado por el PAN.
Sabe lo que es la contienda electoral: en 2018 fue candidata a diputada local en el distrito 29 del Estado de México. Pese a haber sido esa su primera incursión formal, obtuvo 68 mil votos, una cifra importante, pero que fue insuficiente para ganarle a Edgar Olvera, quien venía de ser presidente municipal de Naucalpan con todo el aparato económico y político de ese distrito.
“Este es un distrito -electoral- muy difícil; pero eso me dio la oportunidad de que la gente me conociera y supieran quién es Bárbara”, considera.
Esa experiencia se sumó a su participación en la primera campaña de la actual gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, en 2017, en la que se encargó de los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza y Huixquilucan, conocido como “el corredor azul”.
Con Ricardo Monreal hizo campaña, en 2015, cuando ganó la jefatura delegacional de Cuauhtémoc, incorporándose posteriormente al área de capacitación en la Dirección de Seguridad Pública.
“¡Qué Barbara Delfina!”, fue el slogan publicitario que le permitió hacerse notar en las elecciones estatales del año pasado y que la posicionaron en el ánimo de los electores en el Estado de México. Posteriormente lo trasladó a la precandidatura de la doctora Claudia Sheinbaum, agregándole la ahora famosa cola de caballo y el perfil de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México.
A Bárbara la política de izquierda es herencia genética por partida doble: su mamá, Rosa Laura Avilez Vázquez fue candidata a presidenta municipal suplente en Atizapán de Zaragoza en 1996; y su papá, Enrique González Martínez, ese mismo año participó, a invitación del presidente Andrés Manuel López Obrador, en los congresos del sol efectuados en Cuautla, Morelos.
Esa vena política la llevó, cuando apenas tenía 18 años de edad, a trabajar en la Cámara de Diputados, para posteriormente integrarse a la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de México en el área de atención ciudadana y posteriormente en fomento al empleo, lo que junto con la labor que realizó en mercados y vía pública en la delegación Miguel Hidalgo, le permitieron acumular experiencia en áreas sociales.
La joven precandidata a gobernar uno de los municipios más importantes en el Estado de México, como es Atizapán de Zaragoza, es una mujer intensa, hiperactiva: además de ser chef, cuenta con una licenciatura en derecho y es maestrante en derecho penal. Es tacle ofensiva-defensiva y linebacker en un equipo de futbol americano.
Y es que el futuro del país debe estar en las manos de los jóvenes, los que, como dice Bárbara, deben encarar los retos, así parezcan imposibles, porque a lo mejor es la oportunidad que esperan...
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