El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) polariza tanto como lo hace el propio presidente AMLO. Mientras algunos llaman peyorativamente a la obra “central avionera” personajes como Mario Delgado han expresado su regocijo ante la inauguración de un aeropuerto de “clase mundial”.

La inauguración del AIFA el día de ayer ha sido un éxito indiscutible del presidente AMLO. Entiéndase, empero, que este “éxito” debe ser interpretado a la luz de lo que representa la 4T: un proyecto político basado en la propaganda, en la exaltación de la figura del presidente y en un repetido discurso sobre la austeridad y el combate contra la corrupción; argumentos que han sido refutados por los hechos, por la evidencia y por la realidad que vive el país.

Ayer mismo circularon imágenes en las redes sociales con vendedores ambulantes plácidamente instalados en las instalaciones del AIFA comerciando con imágenes, pósteres y estampitas del presidente AMLO, así como camisetas alusivas a la 4T e imágenes del general Felipe Ángeles.

¿Qué esperar de este aeropuerto? Si nos ceñimos a los hechos, el AIFA no cuenta, al día de hoy, con las autorizaciones debidas para operar internacionalmente. Estas deben ser otorgadas por la Organización de Aviación Civil Internacional y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.

Esto parece condenar a la “obra monumental” a ser, por el momento, un aeropuerto local con limitada capacidad. Recordemos que, según ha sido estimado, la obra de Santa Lucía contará -según se estima- con la capacidad para transportar hasta 20 millones de pasajeros al año. Texcoco, en contraste, hubiese podido, con la inauguración de las tres pistas originalmente planeadas para el mes de junio de este año, transportar alrededor de 70 millones de personas.

En suma, según hemos podido verificar, libre de apasionamientos y a la luz de los hechos, el AIFA no será más que un aeropuerto local que poco contribuirá al desahogo del tránsito internacional del AICM o del de Toluca. Lo que sí servirá –y muy efectivamente- es acaparar la atención nacional y para promover la figura de AMLO como el nuevo Juárez que él mismo se jacta de encarnar. ¿No fue planeado para ello que la inauguración tuviese lugar un 21 de marzo?

A título personal, no conozco el AIFA, por lo que me reservo comentarios en torno a su apariencia, estado o sus similitudes con otros aeropuertos. Sin embargo, me aventuro a asegurar que difícilmente podremos ni remotamente compararle con el AICM, y mucho menos, con aeropuertos extranjeros. Pero esto, a la postre, no importará a AMLO ni a sus simpatizantes, pues al final es antes un instrumento de propaganda que una obra de infraestructura. Me temo que no tendremos, al menos por ahora, un aeródromo digno de México, sino apenas una obra digna de la 4T.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4