Pocas cosas me emocionan más que los documentales; ya sean sobre historia, arte, vidas trágicas, de casos sin resolver, de misterio y sin duda alguna, de aviación. Y hoy estoy sumamente emocionada por el nuevo documental que se viene en esta historia que, a muchos de los que trabajamos dentro de la industria aeronáutica, nos tiene con el alma en un hilo.

Así es, el periodista alemán, especializado en aviación, Andreas Spaeth, es uno de los más distinguidos del país germano. Con más de 20 años en los medios de comunicación, es un referente; sus conocimientos, conexiones y experiencia con aerolíneas y aeropuertos de todo el mundo, así como de fabricantes de aeronaves lo avalan. Por ello constantemente es requerido en diversos medios, alemanes, ingleses y estadounidenses, para hablar de aviación civil.

Y el pasado 11 de enero, en su cuenta de Twitter @SpaethFlies anunció la Premier Mundial de su documental titulado “Airbus vs Boeing, The Battle of the Giants” que se estrenará el próximo 2 de febrero por el canal Arte, tanto en Alemania como en Francia.

De forma global, el estreno de este documental podrá verse desde el asiento de cualquier avión de la aerolínea Emirates Airlines, pues será incluido en su programación de entretenimiento a bordo.

Confío en que podamos ver el documental en nuestro país; ya estaré buscando la manera de acceder a dicho material. Y es que es una realidad, en esta batalla, Airbus ha puesto contra las cuerdas a Boeing, que a pesar de que los pedidos de sus equipos incrementaron el año pasado, todavía está muy por debajo de la armadora europea.

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Precisamente el documental se centra en estas dos importantes compañías fabricantes de aviones. Por un lado tenemos a Boeing, que sacó al mercado el avión más grande del mundo, conocido popularmente como “Jumbo”.

Un gigante que fue un fenómeno, pues era extremadamente reconocible no solo por su gran tamaño, sino por su peculiar joroba, perfecto para viajes trasatlánticos. Fue la mejor y mayor apuesta de Boeing, pues durante muchísimos años, por no decir décadas, no hubo otro equipo similar que pudiera competirle.

Todas las grandes aerolíneas “se peleaban” por tenerlo dentro de sus respectivas flotas, pues durante muchos años la armadora fue “la reina” de los cielos; hasta la llegada de otro avión gigante: el A380.

Voy a ser sincera, cuando entre a volar, a finales del siglo pasado, el A380 era tan solo un proyecto. Si uno era geek de la aviación, en aquellos tiempos la mejor manera de enterarse de los últimos avances en materia de aviación comercial era a través de revistas especializadas, sobre todo las publicadas en Estados Unidos.

Todavía me acuerdo, fue en una de esas publicaciones donde pude ver bocetos de los que sería el A380, y con ellos en la mano discutí con la tripulación la viabilidad del equipo. Largas horas de sobre mesa nos podíamos pasar solo hablando que sería una locura tratar de abordar un equipo con dos pisos de cabina.

En aquel entonces, en equipos como el Boeing 747 se abordaba a la cabina de “abajo”, y a la joroba se accedía por las escaleras internas, y solamente a través de Jetways que fueran múltiples, de dos o tres pasillos telescópicos. Actualmente estos aviones han dejado de ser los favoritos de las aerolíneas comerciales, y ahora son muy bien utilizados en la aviación de carga.

La revolución comenzó cuando el primer avión A380 tuvo su primer vuelo de prueba, el 27 de abril de 2005 en Toulouse, Francia. Una vez superadas todas las pruebas vio la luz dos años después, de la mano de la compañía aérea Singapore Airlines, el 27 de octubre del 2007.

El A380 es el avión comercial más grande del mundo, superando al mítico Boeing 747, hasta en un 50% más de superficie; mientras el A380 cuenta con 478,1m2, el tamaño de la cabina de pasajeros del B747-400 es de 320,8m2.

Características como esa, volvió más atractivo el avión de Airbus para las líneas aéreas comerciales. Pensemos en una configuración clásica o estándar, de tres clases: primera, ejecutiva y turista.

En el A380 se puede transportar alrededor de 500 a 550 pasajeros, a diferencia de su rival, que con esta misma configuración solo puede mover a 416 pasajeros, o como máximo a 529 pasajeros, pero sacrificando una clase.

Así es que yo ya tengo listo mi bote para palomitas de maíz, dispuesta a esperar la llegada de este documental, para verlo de principio a fin. Si usted es como yo, y no le parece suficiente, y se queda con ganas de conocer más, no se preocupe, hay muchos, pues nunca es “demasiado” para los apasionados de la aviación.