Ahora sí estamos como la canción de Timbiriche “Con todos menos conmigo”. Todas las impugnaciones de las diversas alcaldías se han ido resolviendo poco a poco... Todas, menos la de Monterrey.
Monterrey es como un estado. La importancia de la capital de Nuevo León no puede ser parte del capricho de un partido y de un juzgado que está deteniendo un fallo que debería de confirmar la victoria de Adrián de la Garza por más de 40 mil votos.
¡40 mil votos son demasiados! Imagine que aun dándole la mitad de esa ventaja al competidor mas cercano, De la Garza aun ganaría por muchísimos votos.
Ponga en perspectiva esto, cada casilla no tiene mas de 750 votantes, si hay más, se instalarían casillas contiguas. Aunque la diferencia de votos de la alcaldía de Monterrey esta distribuida en todo el municipio podemos hacer un pequeño ejercicio matemático para darnos una idea de la jalada que esta deteniendo el fallo a favor del ganador de la elección.
40 mil votos representan un total de 53.3 casillas que hayan votado por un solo candidato, cosa que no paso en ninguna casilla. Redondeando a 54 casillas, supongamos que hubo 108 casillas donde el candidato ganó con el 50% de los votos. Conociendo la orografía de Monterrey es logísticamente imposible lograr que se influencie el voto de alguna manera que es lo que entiendo es el reclamo que tiene detenida la elección regia.
Me atrevo a decir que en los sectores donde se presume que se pudo haber influenciado el voto no ganó el candidato de la alianza, sino la candidata del MC.
Leo en la columna de M.A. Kiavelo de el periódico El Norte que los magistrados del TEENL sesionaron en secreto, sin convocar al público y en menos de 5 minutos decidieron retrasar mas el fallo donde se confirmaría el triunfo de Adrián. Lo que más pendiente da es que en esta columna dicen que no avisarían a la ciudadanía de las próximas sesiones que deberían de ser publicas. Cualquier cosa que se haga en “lo oscurito” siempre dará a sospechas. Bien lo decía mi profesor de física de la prepa, Ladislao Jiménez, “lo que no es plano, es chipotudo”.
Ahora con la moda de las Olimpiadas se puede tomar la canción de la revolución francesa de “Ah! Ça ira, ça ira, ça ira!” como preludio de lo que puede pasar.
Suivant les maximes de l’évangileDu législateur tout s’accomplira.Celui qui s’élève on l’abaisseraCelui qui s’abaisse on l’élèvera.Le vrai catéchisme nous instruiraEt l’affreux fanatisme s’éteindra.Pour être à la loi docileTout Français s’exercera.Ah ! ça ira, ça ira, ça ira.
Básicamente dice que aquel que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido y todo el fanatismo será desechado. Dicen que la historia se repite, parece que esta vez así será.
Imagine que gran escena podría hacer una inauguración de Juegos Olímpicos en Monterrey copiando lo que hicieron los de Gojira y la cantante de opera Marina Viotti representado lo que esta pasando ahora en la capital del estado mas importante de México.
Ça ira significa “Todo va estar bien”, esperemos que los magistrados respeten el voto de la gente de Monterrey y resuelvan ya.
¡Ánimo!