La incorporación de Alejandra Del Moral Vela a las filas de Morena ha generado una serie de reacciones encontradas en el escenario político mexicano. La ex candidata a la gubernatura del Estado de México por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) anunció su separación del tricolor y su adhesión al proyecto liderado por Claudia Sheinbaum Pardo, candidata a la presidencia de México. Este movimiento estratégico ha sido interpretado por muchos como una traición a sus principios y a quienes la apoyaron en su campaña electoral pasada.
Del Moral Vela, en su mensaje de adhesión a Morena, destacó la importancia de la democracia y la necesidad de escuchar y comprender diversas perspectivas. “La esencia de la democracia radica en la capacidad de escuchar y comprender las diversas perspectivas, buscar puntos de encuentro y trabajar en soluciones que beneficien a todos. Esta ha sido y seguirá siendo mi guía”, afirmó. Este discurso, sin embargo, no ha sido suficiente para apaciguar a sus críticos, quienes ven en su decisión un claro acto de oportunismo político.
Figuras como Marietto Ponce expresaron abiertamente su descontento en redes sociales. En X (anteriormente Twitter), Ponce escribió: “Millones de ciudadanos te apoyamos en tu campaña el año pasado. La traición no se la haces al PRI, se la haces a México. Así serás juzgada por la historia, como traidora”. Este tipo de reacciones reflejan el profundo sentido de desilusión y traición que sienten muchos de los seguidores de Del Moral Vela.
Además, los detractores no han olvidado los ataques que la propia secretaria nacional de Morena lanzaba contra Del Moral durante las campañas de 2023, acusándola de corrupción al estilo de Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila. Estas acusaciones resurgen hoy como recordatorios incómodos de las contradicciones inherentes en el nuevo alineamiento político de Del Moral Vela.
En 2023, Del Moral Vela fue la candidata de una amplia alianza conformada por el PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza, que compitió ferozmente por la gubernatura del Estado de México. Su cambio de partido, visto por muchos como una maniobra para asegurar su supervivencia política, plantea interrogantes sobre la estabilidad y lealtad dentro de las alianzas políticas en México.
Claudia Sheinbaum, por su parte, ha celebrado públicamente la decisión de Del Moral Vela de unirse a Morena. En sus redes sociales, Sheinbaum destacó las coincidencias y visiones compartidas para el futuro del país: “Me reuní con Alejandra Del Moral. Reflexionamos sobre el futuro de nuestro país y encontramos más coincidencias que diferencias: seguir construyendo un México para todos y todas, con justicia, democracia, libertades y prosperidad compartida.”
Sin embargo, la percepción generalizada es que los intereses personales han prevalecido sobre cualquier valor ético. Del Moral Vela ha ostentado varios puestos de relevancia gracias al PRI, incluyendo su candidatura a la gubernatura del Estado de México. Su cambio de partido en este momento crucial es visto como una movida para mantener sus privilegios como servidora pública, generando un intenso debate sobre la verdadera naturaleza de su compromiso político.
En conclusión, el traspaso de Alejandra Del Moral Vela a Morena no solo evidencia las dinámicas internas y las luchas de poder dentro de los partidos políticos en México, sino que también pone en primer plano la constante tensión entre los principios y las ambiciones personales. Esta situación plantea importantes preguntas sobre la integridad y la consistencia en el liderazgo político, y deja a los votantes reflexionando sobre el verdadero significado de la lealtad y el servicio público en la política mexicana.
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